Hoy en día, las mujeres tienen un amplio abanico de anticonceptivos a elegir si no quieren quedarse embarazadas, desde el tradicional preservativo, hasta anticonceptivos hormonales o el DIU de cobre. Aunque los profilácticos son la opción más utilizada, los métodos hormonales como la píldora, el parche o el DIU, le siguen muy de cerca (incluso son la alternativa que más usan las mujeres de 25 a 29 años en España).
Durante años, el movimiento feminista ha puesto uno de sus focos en la contracepción y de la curiosa variedad que tienen las mujeres frente a la única opción de los hombres. Muchas de ellas señalan la peligrosidad de los métodos hormonales a los que se someten desde muy jóvenes, con prospectos gigantescos de efectos secundarios como pueden ser migrañas, depresión, cambios de humor, aumento de peso, náuseas y pérdida de la libido entre muchas otras.
Este tipo de anticonceptivos llevan una serie de hormonas como estrógenos, progesterona o una mezcla de ambos. Aunque en un principio se pensaba solo los estrógenos podían provocar cáncer de mama, un reciente estudio de la Universidad de Oxford encontró que la mayoría de los métodos hormonales, independientemente de su formulación, pueden aumentar el riesgo de padecer esta enfermedad.
A esta conclusión han llegado Danielle Fitzpatrick y Kirstin Pirie, las investigadoras que han analizado un estudio de 9.498 mujeres menores de 50 años con cáncer de mama invasivo en Reino Unido entre 1996 y 2017 y estudios observacionales publicados entre el 1 de enero de 1995 y el 1 de noviembre de 2022 que informaran sobre la asociación entre el uso actual o reciente de anticonceptivos de progestágeno (minipildoras) y el riesgo de cáncer de mama en mujeres premenopáusicas.
El estudio ha sido publicado en la revista científica Plos Medicine y señala que todos los anticonceptivos hormonales, ya sea la tradicional píldora anticonceptiva como otros más novedosos como el implante, conllevan un ligero aumento del riesgo de cáncer de mama. Esta investigación también ha incluido las píldoras de progestágeno solo, que son cada vez más populares.
"En general, el 44 % de las mujeres con cáncer de mama tenían una receta de anticonceptivos hormonales de 3,1 años antes del diagnóstico de la enfermedad. Aproximadamente la mitad de las prescripciones fueron para preparaciones de progestágeno", dice el estudio.
El objeto de estudio principal han sido los anticonceptivos sólo con progestágeno, dando que apenas había datos al respecto, pero las investigadoras también han querido estudiar los efectos de los demás métodos hormonales en relación con el cáncer de mama.
Fitzpatrick y Pirie también analizaron la probabilidad de desarrollar cáncer de mama según el tipo de anticonceptivo con hormonas que utilicemos. Sin embargo, los resultados fueron bastante similares.
Aumento del riesgo
El uso de anticonceptivos de solo progestágeno está recomendado a mujeres en periodo de lactancia, con riesgo cardiovascular o fumadoras mayores de 35 años. No obstante, los investigadores calcularon el exceso de riesgo absoluto asociado a los anticonceptivos hormonales.
En el caso de las mujeres que tomaban este tipo de contracepción durante un periodo de cinco años entre los 16 y los 20 años, la enfermedad representaba 8 casos de cáncer de mama por cada 100.000 mujeres, mientras que entre los 35 y los 39 años, fue de 265 casos por cada 100.000.
El informe apunta que, una vez abandonados los anticonceptivos hormonales con el paso de los años, el riesgo de padecer cáncer de mama disminuye, pero también advierte que deben sopesarse riesgos y beneficios, ya que también protegen contra otros tipos de cáncer.
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