

Gema Cabañero
- Directora de I+I+D de 180 the Concept nutricosmética avanzada
Diariamente escuchamos hablar de las arrugas que aparecen en nuestro rostro y para ello, hacemos referencia a la zona que ocupan en él. Hablamos así de aquellas que aparecen en la comisura de los labios, de las famosas 'patas de gallo' o de las que se muestran en la zona del entrecejo. Sin embargo, más allá de la zona en la que aparecen, las arrugas se clasifican según el motivo de su aparición y este, es el aspecto al que más debemos prestarle atención si queremos tratarlas.
¿Qué son las arrugas?
La dermis, también llamada capa media de la piel, está constituida principalmente por fibras de colágeno y elastina. Con el paso del tiempo, la producción de estas fibras disminuye, provocando que la epidermis, la capa más externa, se vuelva más fina y que la hipodermis, la más profunda, pierda tejido graso, el cual es el cimiento de toda la arquitectura de los tejidos.
Como resultado de ello y de la acción continua de los músculos a causa de los gestos que realizamos a diario, surgen los famosos surcos y pliegues de la piel: las arrugas.

Los cuatro tipos de arrugas que existen
Según el motivo que cause su aparición, las arrugan pueden clasificarse en cuatro tipos:
- Arrugas estáticas: con este nombre se hace referencia a aquellas que aparecen debido a la pérdida natural del volumen del tejido, de colágeno y de elasticidad. Se corresponden con los pliegues naturales de la piel. Este tipo de arrugas se van intensificando con el paso del tiempo, sobre todo por el movimiento repetitivo de los músculos faciales a lo largo de los años.
- Arrugas dinámicas: se forman por los movimientos faciales repetitivos. Con ello nos referimos a gestos tales como fruncir el ceño, sonreír, entrecerrar los ojos y fruncir la boca. Son las llamadas arrugas de expresión y suelen comenzar a aparecer en torno a los 25 años. Si tomamos conciencia de ellas y comenzamos a incluir en nuestra dieta y rutina cosmética que aumente la síntesis de colágeno, podremos retrasar se aparición de forma notable.
- Arrugas gravitatorias: denominamos así a aquellas que se producen a partir de los 40 años, como consecuencia del proceso de envejecimiento. Son las arrugas dinámicas que se han acentuado con el paso del tiempo y que muestran aspecto de flacidez. Aunque a partir de esta edad los niveles de colágeno y elastina disminuyen notablemente, si se combina la acción de ciertos activos se puede reducir notablemente.
- Arrugas mixtas: finalmente, las arrugas mixtas son aquellas que aparecen por un conjunto de factores entre los que principalmente destacan el envejecimiento y la exposición solar ejercida durante largos periodos de tiempo. Estas arrugas suelen aparecer en forma de depresiones que van desde los lados de la base de la nariz a los extremos de la boca y que, incluso, se pueden extender a la mandíbula. Este tipo de arrugas son las más difíciles de tratar y, aunque se puede mejorar su aspecto, una vez han aparecido, hacerlas desvanecer por completo no es posible.
El tratamiento de las arrugas comienza con la alimentación
Existen ciertos cosméticos y tratamientos estéticos orientados al tratamiento de las arrugas. Sin embargo, otra buena manera de retrasar el envejecimiento de forma natural es incluir en nuestra dieta alimentos con activos e ingredientes que detengan la causa de los primeros signos de la edad: la oxidación, glicación e inflamación celular.
¿Qué principios activos e ingredientes que ayudan a detener el envejecimiento?
- Aminoácidos como la L-Prolina y la L-Lisina, propician la síntesis de nuevo colágeno, esencial para aportar densidad, calidad y firmeza a los tejidos. Por otro lado, los aminoácidos Arginina y Ornitina ayudan a reparar los tejidos, aportándoles elasticidad y calidad gracias a incrementar la producción de colágeno.
- Vitaminas como las Vitaminas E, A, Beta-Caroteno, D3 y Colina son también beneficiosas gracias a que actúan como antioxidantes, antiglicadores y humectantes.
- Los Antioxidantes son otros activos reconocidos por su acción para tratar los signos de la edad, para frenar la acción de los radicales libres y para combatie la oxidación la inflamación silenciosa. Un ejemplo de ellos son la encina con acción proteolítica Bromelaína, la planta llamada Ginkgo o el Té Verde.
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