Gema Cabañero
- Directora de I+I+D de 180 the Concept nutricosmética avanzada
La llegada del buen tiempo despierta el deseo de comenzar a lucir un tono más bronceado en la piel. Sin embargo, lograr ese tono no debe pasar por llevar a cabo hábitos dañinos como tomar el sol sin protección o aplicar productos que, aunque puedan broncearnos rápidamente, pueden dañar los tejidos cutáneos a largo plazo.
¿Cómo influye la alimentación en el bronceado?
Puede parecer incomprensible, ya que nos ponemos morenos de forma externa, pero, la alimentación tiene mucho que ver en la manera en cómo los rayos solares inciden en la piel y cómo afectan a esta.
Con la nutrición podemos alargar el tono del bronceado y conseguirlo más rápido a la vez que prevenimos la aparición de manchas y contrarrestamos los efectos de los radicales libres en la piel. ¿Cómo es posible? Esto se logra sobre todo gracias a alimentos que, gracias a sus activos e ingredientes, favorecen la producción de melanina a la vez que permiten prevenir el daño celular causado por los rayos UVA y UVB, evitando el envejecimiento prematuro.
Igualmente, aunque estos alimentos permitan conseguir un bronceado más sano y proteger el organismo, será necesario que se aplique protección solar.
¿Qué alimentos debemos incluir en la dieta?
Los alimentos ricos en vitamina C y el pigmento betacaroteno son dos ingredientes imprescindibles por sus propiedades antioxidantes capaces de proteger la piel al mismo tiempo que activan la producción de melanina, sin embargo, existen otros ingredientes igual de beneficiosos que sería óptimo añadir a la dieta para conseguir un moreno bonito a la vez que saludable.
- Zanahorias, tomates y frutas de tono rojizo. Gracias a contener una provitamina A como es el Betacaroteno estos alimentos aportan a nuestra organismo importantes efectos antioxidantes y antiinflamatorios que protegen del daño celular. Al ser una fuente segura de vitamina A, el Betacaroteno ayuda a proteger el cuerpo contra los efectos dañinos de los radicales libres, los cuales pueden aumentar el riesgo de desarrollar ciertas enfermedades, e incluso, enfermedades cardiovasculares o cáncer.
- Naranja. Como una de las fuentes más importantes de la vitamina C, la incorporación de frutas como la naranja a la alimentación, ayuda a frenar el impacto de los radicales libres en la piel, mientras favorece el aumento de producción de colágeno aportando iluminación y favoreciendo al estado de los tejidos.
- Frutos secos y pescado azul y blanco. El beneficio de estos alimentos lo aporta en gran medida el Omega 3 que contienen. Estos ácidos grasos protegen la piel desde dentro al activar la regeneración cutánea, por lo que, además favorecen la duración del bronceado. Asimismo, ayudan a evitar las consecuencias de tomar el sol, como el enrojecimiento y la hinchazón de la piel, ya que cuenta con propiedades antiinflamatorias.
- Pescado azul y blanco. Además de ser unas grandes fuentes de Omega 3, este tipo de alimento también es rico en vitamina D y E. Estas vitaminas son vitales para nuestro organismo ya que ayudan a mantener la barrera epidérmica en correcto funcionamiento. A su vez disminuyen el riesgo de quemarnos ya que favorecen la hidratación de la piel y tienen un alto poder antioxidante facilitando la regeneración celular.
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