Lo venimos repitiendo con frecuencia: antes de afrontar un viaje, hay que revisar las piezas fundamentales del coche, e indudablemente los neumáticos lo son. Como es lógico, principalmente pensamos en los cuatro que están en contacto con el suelo, pero en muchos casos hay una quinta unidad que es de repuesto, aunque cada vez es más habitual que los coches nuevos no la incorporen en favor de los kits de reparación (válidos si el pinchazo es pequeño).
En cualquier caso, quienes dispongan de ella tienen que saber que si supera los ocho años de antigüedad, debe ser sustituida aunque no se haya usado, como alertan desde Euromaster, red de talleres especializados en el mantenimiento integral del vehículo.
Y es que, si el neumático tiene tanto tiempo y al final se tiene que utilizar, hay muchas posibilidades de sufrir un reventón y un posible accidente, poniendo en peligro al propio conductor, a otros ocupantes del vehículo y a otros usuarios de la vía.
¿Por qué sucede esto? Fundamentalmente, por el paso del tiempo: el caucho con el que está construida la cubierta del neumático se va deteriorando y agrietando por la falta de uso y los cambios de temperatura.
Por tanto, como a veces se nos puede olvidar, cuando vayamos al taller a hacer la revisión del coche hay que echar un vistazo a la rueda de repuesto y controlar la presión del mismo, por ejemplo, ya que eso ayudará a mantenerlo en buen estado.
Por otra parte, Euromaster recuerda que también hay vehículos equipados con la rueda de emergencia o también llamada “de galleta”, más pequeña y con kilometraje (unos 200 km) y velocidad (80 km/h) limitados, por lo que, en caso de tener que utilizarla y llegar a esos niveles de uso, hay que sustituirla.
También conviene tener en cuenta que, si pinchamos en parado o tras recorrer poca distancia, no hace falta cambiar el neumático, ya que puede ser reparado en los talleres especializados.
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