Si bien en lo básico conducir un coche eléctrico no es distinto a uno de combustión, sí que hay que tener en cuenta algunos factores que son determinantes, por ejemplo, a la hora de acometer un viaje largo en vacaciones. Otros son inherentes a la propia tecnología.
No improvisarás
La mayoría de los coches eléctricos del mercado tienen una autonomía media de al menos 300 km. Para el uso cotidiano es más que suficiente para cargar el coche una vez por semana, pero si viajamos en verano, ante la reducida infraestructura pública actual en España (no llega a los 8.000 puntos), es necesario planificar bien la cosas. La mayoría de las marcas cuentan con aplicaciones que ofrecen información y mapas con los puntos de recarga, y con solo introducir el trayecto sabremos dónde establecer las paradas estratégicas si nuestro destino está más allá de la autonomía del coche. Importante: salir con el coche cargado a tope ¡y no apurar!
Revisarás lo básico
Es un coche eléctrico, sí, y tiene bastante menos mantenimiento que uno térmico. No obstante, hay que revisar elementos primordiales como las ruedas o el estado de los limpiaparabrisas (escobillas). Otros como los discos de freno sufren menos desgaste y por tanto duran más, pero por ejemplo sí hay que vigilar el nivel del líquido de frenos.
Adecuarás el ambiente
Si hace mucho calor (lo lógico en verano, pero también vale con frío), en las últimas horas previas al viaje conviene que el coche se cargue en casa con el sistema de climatización ya funcionando, de modo que no tenemos que adecuar la temperatura en marcha, con el consiguiente ahorro de energía. Esto se puede programar mediante la propia aplicación de la marca.
Conducirás con tranquilidad
Nunca son buenas las prisas, y los nervios tampoco ayudan al volante en ningún caso. Ante un coche eléctrico, además, la agresividad y brusquedades solo llevarán consigo un amplio recorte de la autonomía. Por tanto, hay que ser suaves con el acelerador y aprovechar los sistemas de regeneración para ganar potencia de frenado. Se convertirán en imprescindibles en cuanto se haya cogido el hábito, además de que habrá menos desgaste de los elementos mecánicos.
No cambiarás
Los coches eléctricos no cuentan con caja de cambios y marchan de manera automática y lineal a base de acelerador y freno. También hay disponibles modos de conducción que proporcionan una mayor o menor respuesta del sistema de propulsión, siendo el “Eco” el más eficiente y el “Sport” el que más respuesta y consumo de energía ofrece, como también disfrute de la conducción. Es interesante promediar y medir su uso, sobre todo en un viaje largo.
Aprovecharás el tiempo
No hace falta agotar toda la energía entre carga y carga, porque evitará contratiempos y hará que las paradas se conviertan en reales momentos de descanso. Como muchos puntos públicos están en zonas comerciales, se puede aprovechar para desconectar o realizar compras, por ejemplo, de comida, y eso que se tiene ganado en el destino.
Aparcarás con las justas preocupaciones
Cuando llegues a tu destino vacacional no tendrás que pensar en zonas reguladas o parquímetros para aparcar, porque los coches eléctricos están exentos del pago. Eso sí, hay que hacerlo en plazas autorizadas y en las que no esté prohibido el estacionamiento, porque los coches eléctricos no tienen licencia para todo.
Estarás puntualmente informado
Antes hemos aludido a las aplicaciones con información de los puntos de recarga, pero estas también aportan datos del coche en general, además de estadísticas de uso, lo que puede orientarnos si estamos haciendo una conducción poco eficiente. Claro que muchos datos básicos se pueden consultar en el propio cuadro de mandos o en el sistema de infoentretenimiento, pero hay que aprovechar las paradas y evitar siempre distracciones en carretera.
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