La siniestralidad en el colectivo motorista sigue aumentando, aunque en los ciclomotores se reduce a la mitad

Durante los últimos años, las motocicletas y los ciclomotores han sido dos de los vehículos con mayor crecimiento en ventas y usuarios. Este aumento del número de vehículos a dos ruedas tanto en las ciudades como en las carreteras conlleva un incremento de los porcentajes de siniestralidad y, de manera preocupante, se ha detectado que en números absolutos también hay un mayor número anual de fallecidos motoristas en las vías españolas. 

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Esta tendencia se observa en el caso de las motocicletas, cuya evolución de fallecidos según los datos que presenta la DGT es de los 386 a los 417 entre el pasado 2010 y el 2019. Con este tipo de vehículos, los accidentes con resultado mortal tienen lugar en vías interurbanas mientras que los siniestros en general han sucedido más habitualmente en un entorno urbano, sumando el 75% del total. 

Estos datos llevan a la conclusión de que en la ciudad, con mayor volumen de tráfico y de usuarios, es más probable sufrir un accidente pero en la carretera, debido a factores como la velocidad, es más probable que el resultado sea mortal para el motorista. En el 2019, del total de fallecidos, 291 motoristas perdieron la vida en carreteras y otras vías de alta velocidad, mientras que 126 sufrieron una colisión mortal en ciudad.

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Por otro lado, los usuarios de ciclomotores han conseguido reducir sus datos de siniestralidad pese al aumento de estos vehículos en circulación. En el pasado 2010 hubo un total de 100 fallecidos a bordo de un ciclomotor y en el 2019 este número llego a los 49, reduciéndose a la mitad. 

Este tipo de usuarios también corre más peligro en las ciudades que en los entornos interurbanos, sobre todo porque para ellos no está permitido circular en ciertas vías de alta velocidad, como autopistas o autovías, mientras que sí pueden ir por una carretera convencional siempre y cuando utilicen el arcén, como si fuera una bicicleta.