La agencia de medición de riesgos considera que las previsiones de crecimiento de la economía italiana se han debilitado.
Afirma que la "frágil coalición" de gobierno no puede responder bien a la crisis.
El Gobierno italiano critica que S&P se base más en lo que cuentan los periódicos que en la realidad y acusa a la agencia de apostar por una maniobra política.
El primer ministro italiano quiere seguir en el poder hasta 2013.
Su liderazgo ha sido cuestionado públicamente por sus socios en el Gobierno después de su derrota en los comicios municipales y en los recientes referendos.