Los Mossos d'Esquadra intervinieron de urgencia tras recibir una denuncia particular después de que el detenido pidió ayuda logística en redes sociales.
Su director alega que el mandato judicial hacía referencia a la difusión gratuita de los planos y a la forma de envío, no a su comercialización responsable.
Los agentes detectaron la existencia de una trama criminal dedicada al tráfico y depósito de armas y munición.
Se intervinieron diez armas de fuego cortas, una carabina, un rifle, tres escopetas, un bolígrafo pistola artesanal, además de unos mil cartuchos de calibre 7,62.
Las únicas partes metálicas en estos modeos podrían ser el percutor y una pieza de metal que habría que incluir para no incumplir la Ley de armas de fuego.