
Tarjeta de a bordo
Uno de los errores más habituales que suceden en los cruceros es descuidar la tarjeta de a bordo. Se trata de una acreditación que te proporcionan nada más subir al barco para identificarte cada vez que sales al camarote y entras. Además, está vinculada a tu cuenta bancaria, por lo que todos los gastos que realices a bordo pasarán por ella. Siempre puedes consultar el saldo en recepción.
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Llevar maletas grandes
Sabemos que preparar la maleta es un quebradero de cabeza. Pero antes de embarcarnos, debemos pensar bien lo que necesitamos llevar y calcular la ropa que precisaremos para los días que estemos a bordo. Esto nos evitará contratiempos con las limitaciones de dimensiones de las maletas y el espacio y peso que ocupan en el camarote.
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Comer solo en el bufet
El bufet es una de las opciones más socorridas de los cruceros, pero ni es el único comedor ni la única oferta gastronómica que tienen los buques. Por lo general, también incluyen gran variedad de restaurantes y platos más sofisticados, así que prueba a salirte de la norma y lánzate a probar nuevos sabores y elaboraciones.
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No llevar protector solar
Es uno de los fallos más habituales y uno de los más perjudiciales para tu salud. Tanto si tu crucero es en clima cálido como frío, has de saber que el sol en alta mar es mucho más potente por el reflejo del agua, de modo que, incluye en primer lugar en la lista la crema protectora y evitarás que tu piel se reseque demasiado durante la travesía.
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No reservar servicios
Los cruceros incluyen un gran número de servicios para los viajeros. Spas con masajes, talleres de cocina, animación y deportes en la piscina o charlas histórico-culturales sobre alguna escala en las ciudades del trayecto son algunos de ellos. Por motivos de capacidad y de seguridad, no olvides nunca reservar con antelación los que más te interesen.
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Dejar bañadores y toallas colgados de barandillas
Una de las normas que se deben cumplir a bordo de un crucero es no dejar ni ropa de baño ni toallas colgadas de las barandillas. La razón es sencilla y es que el aire puede hacer que se vuelen las prendas y caigan al mar, a zonas comunes o bien molesten a algún pasajero.
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No planificar el viaje
Irse de crucero no significa que te den todo hecho. Al contrario, si quieres sacar el máximo partido a tu viaje, no dudes en estudiar el recorrido que vas a realizar en él y planificar los puertos y ciudades que quieres visitar. Asimismo, cerciórate de que tienes toda la documentación en regla (DNI o pasaporte) y comprueba si en algunos países requieres de algún tipo de autorización especial para entrar.
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No desactivar los datos móviles
Durante las travesías en alta mar, los teléfonos móviles se conectan vía satélite por lo que las tarifas se disparan. Lo más recomendable es que actives el modo avión o desactives tus datos para evitar sobresaltos en la factura a tu vuelta.
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Subir artículos prohibidos
Antes de aventurarte a subir a bordo bebidas alcohólicas, infórmate sobre los productos permitidos y prohibidos para evitar cualquier contratiempo antes de embarcar y en cada puerto donde hagas parada. Por lo general, si compras alcohol, la tripulación te la suele guardar hasta finalizar el crucero.
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Pensar que todo está incluido
Antes de cualquier reserva, infórmate bien de los servicios que pagas y que se incluyen. Es frecuente que los gastos en restaurantes y servicios adicionales, como excursiones, el spa o el taller de cocina, se paguen aparte. Lo mismo sucede con el pack de bebidas alcohólicas. Y recuerda, tarjetas telefónicas, WI-FI, spa o las propinas se pagan con la tarjeta de a bordo, la cual quedará anulada al final del viaje.
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No respetar la normativa a bordo
Por descontado, no está de más sugerir que las normas están para respetarlas. En la medida de lo posible, evita traspasar las zonas restringidas al personal o a los pasajeros por seguridad. Esto incluye, las zonas habilitadas para fumar. Respeta el espacio asignado y no fumes en el interior del buque, en el camarote o en el balcón. Suelen ser zonas prohibidas.
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Embarcarte sin seguro de viaje
Viajar asegurado aporta mayor tranquilidad, y más si se trata de un crucero. En este sentido, asegúrate de contratar el seguro siete días después de haber efectuado la reserva. Por lo general, el coste de los servicios médicos a bordo suele ser más caro que las consultas en tierra. Así pues, contrata un seguro específico para garantizarte una cobertura médica. Además, en caso de tener que interrumpir el viaje, recuperarías el 100% de los gastos de anulación.
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