Es uno de los lugares más bonitos de Portugal y además es accesible en coche. Merece la pena visitar la Torre de Belém, el Monasterio de los Jerónimos o pasear por las calles y plazas de la ciudad.
Pixabay/Free-PhotosEsta ciudad del sureste francés fue sede papal y todavía conserva su impresionante Palacio papal, uno de los edificios medievales más importantes del continente. La urbe además tiene mucho encanto con su recinto amurallado y sus vistas desde el puente sobre el Ródano.
Pixabay/HansEste microestado situado en Pirineos ofrece numerosos atractivos al visitante, especialmente aquellos relacionados con la naturaleza. Un buen plan es disfrutar de sus rutas de senderismo o en bicicleta. Sin duda, un gran lugar para desconectar.
Pixabay/geertwillemarckEsta bonita ciudad es reconocida por su famosa ciudadela medieval. Recorrer sus calles es sumergirse de lleno en la historia y acercarse a relatos e historias. Normalmente suele recibir muchos turistas.
Pixabay/ahundtSe trata de una ciudad que esconde numerosos encantos y lugares atractivos al viajero. Desde sus monumentos, calles y plazas hasta sus museos sin olvidar las bodegas, de una gran fama.
Pixabay/nuno_lopesAunque el viaje ya es algo más largo, lo cierto es que Ginebra se encuentra a menos de 800 kilómetros de Barcelona, por lo que es un destino a tener en cuenta y así disfrutar de sus lagos, su centro histórico y por supuesto de sus relojes y chocolates.
Pixabay/LuisfpizarroMuy cerca del País Vasco, este destino merece una visita para disfrutar de sus playas o incluso para admirar sus edificios tradicionales. Su Casino, construido en 1929, es uno de sus símbolos de identidad.
Pixabay/moibtzEs uno de los lugares más bellos de Portugal y sus edificios parecen sacados de cuento. Se ubica cerca de Lisboa y hay que visitar sus coloridos palacios o jardines. El de la Pena o la Quinta da Regaleira merecen mucho la pena.
Pixabay/essueraEsta pequeña ciudad-estado independiente, paradigma del lujo, también se puede visitar en coche. Dar un paseo por su puerto, contemplar sus edificios emblemáticos o visitar el Casino de Montecarlo nunca faltan en los planes.
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