Es uno de los modelos más importantes y populares de Lancia, sobre todo la primera generación (de tres). Esta se comenzó a producir desde 1979, y tuvo varias versiones deportivas en esa década, con motores turbo de 140 a 215 caballos y con un eficaz sistema de tracción a las cuatro ruedas. Estaba diseñado por Giorgetto Giugiaro, tenía carrocería de tres y cinco puertas y su dinámica era magnífica, sobre todo según iban saliendo versiones mejoradas y especializadas.
FCA-LANCIACon la anulación de la reglamentación de los Grupo B, comenzó la era de los Grupo A, y en ella Lancia arrasó de 1987 a 1992, al menos en el Mundial de Constructores. Como se esperaba por las cualidades del modelo de serie, era un coche ganador, sobre todo por su “facilidad” de conducción. Lancia se retiró oficialmente en 1991, pero una potente estructura privada pudo sumar aún el sexto título consecutivo, a los que hay que añadir dos de Pilotos. En ese periplo lograron 46 victorias con nombres míticos como el finlandés Juha Kankkunen, el italiano Miki Biasion o el francés Didier Auriol.
FCA-LANCIAUn coche clásico de la firma japonesa, aunque en Europa trascendió a partir de la cuarta generación gracias, sin duda, a la competición. La base del coupé deportivo del Celica que ganó en rallies fue poco a poco mejorando su estética y aerodinámica, y se identificaba por los faros “escamoteables”. Contaba con tracción total y motores turbo de 2 litros con potencias que llegaron hasta los 225 caballos. Fue un deportivo de mucho éxito comercial.
TOYOTAEs inevitable identificar al coche de rallies de Toyota con Carlos Sainz, que se proclamó campeón del mundo de Pilotos con él en 1990 y 1992, pero el título de Constructores para la marca nipona llegó de forma consecutiva los dos años siguientes, en 1993 y 1994. El coche había llegado a su madurez en competición y era tremendamente fiable y efectivo, algo en lo que sin duda Sainz tuvo mucho que ver con el trabajo de desarrollo previo.
TOYOTAEn este caso la competición no solo sirvió para dar a conocer el modelo, también ayudó a que toda una marca, procedente de Japón, pudiera asentarse en el mercado europeo. La versión más deportiva del Impreza de primera generación, una berlina de cuatro puertas con 4,3 metros de longitud, estaba provista de un motor turboalimentado de 2 litros y cuatro cilindros opuestos (bóxer) que rindió hasta 280 caballos. Por supuesto tenía sistema de tracción total y se distinguía visualmente por la apertura de la refrigeración del motor en el capó.
SUBARUDe nuevo la presencia de Sainz en un equipo, y su trabajo en el coche, influyó en los títulos de una marca. Subcampeón en 1994 con Subaru, Sainz contribuyó a hacer ganador al Impreza, coche con el que la marca japonesa se proclamó campeona de Constructores desde 1995 a 1997. Impresionante el duelo del madrileño con Colin McRae por el título en 1995, que a la postre fue para el británico. El coche era fiable y equilibrado, con un motor de 300 caballos que dio muchas alegrías.
SUBARUEl segundo “apellido” fue el símbolo del continuo progreso de este coche, que tuvo diez evoluciones desde que se empezara a producir a principios de los 90. Llegó también desde Japón, y sus rasgos generales han sido las motorizaciones de 2 litros turboalimentadas y, cómo no, el sistema de tracción total. Su estética de berlina familiar quedaba “camuflada” con las generosas tomas de aire y los alerones, que revelaban su verdadera identidad. Con 280 caballos a finales de los 90, fue el rival “natural” del Impreza tanto comercialmente como en competición.
MITSUBISHIEl único título de Constructores, conseguido en 1998, contrasta con la calidad del coche y los cuatro campeonatos de Pilotos que logró el finlandés Tommi Makinen de 1996 a 1999, pero las temporadas eran largas y los Toyota y Subaru estaban también fuertes. La base del coche de competición era el Evo V de serie. La temporada fue agridulce para el campeón, con cinco victorias y seis retiradas en 13 carreras disputadas en ese 1998 que por fin fue triunfal para la marca de los tres diamantes.
MITSUBISHIComo el Celica, otro clásico de la firma japonesa. Desde 1995 presentaba en Europa una gama muy completa sobre la base de un compacto de formas redondeadas con 4,1 metros de longitud. Si bien la oferta era variada, el motor más potente que equipó fue un 1.6 VVT-i de 110 caballos, muy diferente al modelo de competición. Eso sí, el Corolla se había convertido en 1997 en el coche más vendido del mundo.
TOYOTALa puesta en marcha en 1997 de la reglamentación WRC trajo consigo que las características de los coches fueran muy similares, puesto que todos debían tener una cilindrada de hasta 2 litros, tracción total y un máximo de 300 CV. Todo ello era así en el Corolla, y el trabajo se centraba en la aerodinámica y en optimizar la transmisión y la tracción. Con este coche se impuso Toyota en el Mundial de Constructores en 1999, año en el que Carlos Sainz y el francés Didier Auriol hicieron un sólido equipo.
TOYOTAEl sustituto natural del mítico 205 se lanzó en 1998. Seguía siendo un utilitario, pero era sensiblemente más grande que su predecesor y, lógicamente, más moderno. La versión GT fue la que sirvió de base para los rallies, y se distinguía principalmente por sus abultados paragolpes, el alerón trasero y el motor de 2 litros y 140 CV de potencia. Con sus poco más de 1.000 kg, aceleraba de 0 a 100 km/h en 8,6 segundos y alcanzaba los 205 km/h de velocidad punta.
PEUGEOTTras un largo periplo sin presencia en el Mundial, Peugeot volvió con fuerza y, después de un año “de calentamiento”, se llevó los títulos desde 2000 hasta 2002 con un coche pequeño, ágil y que fallaba poco. Su rendimiento fue notable sobre todas las superficies. Su piloto de referencia fue el finlandés Marcus Gronholm, quien a su vez logró dos títulos como volantista en ese período triunfal de tres años, con 12 de las 20 victorias de la marca.
PEUGEOTEn el mercado desde finales de los 90, este modelo fue, sin duda, uno de los grandes superventas de su segmento. Era un coche sencillo, atractivo y funcional, con una amplia gama de motores y disponible en distintas carrocerías. La más deportiva de estas, la de tres puertas tipo coupé, se asoció a un interesante motor de 2 litros con casi 170 caballos. Ese Coupé VTS fue el modelo más potente que hubo hasta 2004 y se distinguía por elementos como el alerón trasero y las llantas específicas.
CITROËNEl Xsara fue el modelo elegido para la competición para representar al Grupo PSA tras la retirada de Peugeot, y lo cierto es que no solo hicieron un coche efectivo y ganador, sino que en 2003 formaron un equipo de pilotos espectacular, con Carlos Sainz, el británico Colin McRae y una joven promesa francesa que pronto se convertiría en realidad: Sébastien Loeb. Lógicamente, con esa formación lograrían el título de Constructores ese año 2003 y repitieron en 2004 y 2005, temporadas en la que Loeb lograría los primeros de una larga lista de títulos de Piloto con Citroën.
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