
Alpine A110
Este icónico deportivo biplaza de la marca Alpine, filial de Renault, se empezó a construir a principios de los años 60 y sus modelos y motores fueron creciendo en calidad y potencia. Precisamente su extraordinaria relación peso-potencia (la versión de lo años 70 pesaba solo 620 kilos) le daba agilidad y prestaciones, aspectos ideales para la competición. Como el Mini o el Volkswagen Beetle, el concepto se ha revisado y se fabrica de nuevo desde 2017.
ALPINE-RENAULT
Alpine A110
A principios de los años 70 el Alpine ya demostró que era un coche ideal para los rallyes en distintas pruebas de ámbito nacional e internacional y se forjó un nombre, por lo que, llegado el Campeonato del Mundo de Constructores en 1973, no fue de extrañar que estrenara el palmarés con triunfos en seis de las pruebas del calendario, incluido el prestigio Rallye de Montecarlo.
ALPINE-RENAULT
Lancia Stratos
Este coche de formas futuristas, incluso hoy en día, es una auténtica pieza de colección, ya que se construyeron menos de 500 unidades en todo el mundo. Era un coupé biplaza ligero y muy aerodinámico, con motor central trasero de 6 cilindros proveniente del Ferrari Dino. La potencia llegaba hasta los 190 caballos, su aceleración era fulgurante y alcanzaba los 225 km/h de velocidad punta.
FCA-LANCIA
Lancia Stratos
Como había sido concebido para los rallyes, la variante adaptada y potenciada del Stratos arrasó en esta especialidad, dando a Lancia tres títulos consecutivos, de 1974 a 1976. El piloto que logró más victorias en esa época fue el italiano Sandro Munari, que indudablemente fue el que mejor se adaptó a la exigente conducción de este coche.
FCA-LANCIA
Fiat 131 Abarth
Un nuevo modelo que surgió pensando en los rallyes, por lo que fue una versión limitada a 400 unidades, que es lo que se exigía de homologación para poder competir oficialmente. Era una versión muy “aligerada” del 131 convencional y contó con un motor de 2 litros y 140 caballos que le permitía acelerar de 0 a 100 km/h en menos de 9 segundos y alcanzar los 190 km/h.
FIAT
Fiat 131 Abarth
A pesar del éxito del Stratos, Fiat quiso poner en primer plano un modelo de la marca matriz y eligió para ello el Fiat 131 Abarth, cuya versión de rallyes llegó a superar ampliamente los 200 caballos. Logró tres títulos mundiales de Constructores en 1977, 1978 y 1980. Lo pilotaron nombres de la talla de los finlandeses Timo Salonen y Markku Alén, o el alemán Walter Rörhl.
FIAT
Ford Escort RS 1800
Es uno de los modelos icónicos de Ford, ya que la saga Escort empezó a finales de los 60 y duró hasta el año 2000 (en Europa), tras seis generaciones. La segunda de ellas fue la elegida para ser la base del coche de rallyes. El de producción, una versión especial "apellidada" México, tenía carrocería de dos puertas, era de tracción trasera y disponía de un propulsor de 1,8 litros que rendía 140 caballos de potencia.
FORD
Ford Escort RS 1800
El RS1800 llegó a los rallyes para rivalizar con los todopoderosos modelos italianos de la época, y lo consiguió con una variante potenciada hasta los 250 caballos, lo cual, combinado con sus menos de 900 kg y su dureza y agilidad, lo hacía un gran coche de rallyes. El sueco Bjorn Waldegaard logró el título de Constructores y Pilotos con esta eficaz máquina en 1979.
FORD
Talbot Sunbeam Lotus
Este compacto de tres puertas y tracción trasera fue fabricado inicialmente por la división europea de Chrysler, pero en 1979 la marca Talbot pasó a manos del Grupo PSA y se trascendió más con esa denominación. La potente variante Lotus, marca que se encargó del desarrollo del coche, tenía un motor de 2,2 litros y doble carburador con el que alcanzaba los 150 caballos de potencia.
PSA
Talbot Sunbeam Lotus
La efectiva base del Talbot “de calle” sirvió para desarrollar una versión de competición que se mostró competitiva desde el principio, y con el populsor potenciado hasta los 250 caballos logró, para sorpresa de muchos, el título mundial en 1981 gracias a la regularidad de sus pilotos, sobre todo del francés Guy Fréquelin, y a la fiabilidad del coche.
PSA
Audi Quattro
Este coupé se comenzó a fabricar a principios de los 80 y sirvió de base para uno de los más fascinantes coches de rallyes de todos los tiempos. La versión de producción inicial tenía un motor turbo de cinco cilindros y 2,2 litros que rendía 200 caballos, pero después hubo versiones más potentes. Lo más novedoso, sobre todo en un coche que no era todoterreno, fue el sistema de tracción total permanente Quattro que incorporaba, precisamente lo que dio nombre y prestancia al modelo.
AUDI
Audi Quattro
El sistema de tracción total, como se esperaba, se mostró muy eficaz en los rallyes, sobre todo con un motor turbo que llegaba a los 370 caballos en competición. En 1982, Audi se hizo con el título mundial de Constructores, algo que repetiría en 1984, pero en este caso, por la permisiva reglamentación de Grupo B de entonces, con una evolución denominada Sport Quattro que erogaba nada menos que 450 caballos.
AUDI
Lancia 037
Como sucedía a principios de los 70, una década más tarde hubo marcas que fabricaron coches solo para su homologación en competición, y es fue el caso del proyecto 037, que se quedó como denominación definitiva del coche. Los dos centenares de unidades en venta, el mínimo exigido, contaban con un motor de cuatro cilindros, 2 litros y 205 caballos situado en posición central, pero su estética y dinámica general era impresionante.
FCA-LANCIA
Lancia 037
Su imagen siempre irá ligada a los colores de Martini, patrocinadora del equipo oficial de Lancia en la época de los Grupo B y otras posteriores. La versión aligerada del 037, en combinación con el propulsor de 2 litros y 325 caballos y solo con tracción trasera, fue capaz de plantar cara a los todopoderosos Audi Quattro y ganar el Mundial de Marcas en 1983. Todo un hito.
FCA-LANCIA
Peugeot 205 Turbo 16
Se repite la fórmula: se buscaba homologar coches para los rallyes, y aunque el 205 era bien conocido y tenía versiones deportivas, nada parecido a esta versión limitada. En este “utilitario” se introdujo un motor 2 litros turbo que proporcionaba 200 CV y contaba con tracción total para transmitir la potencia al suelo, pese a lo cual se quedaba por debajo de los 1.200 kilos y era capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en solo 6 segundos.
PEUGEOT
Peugeot 205 Turbo 16
El 205 T16 fue el coche de rallies más radical de Peugeot en toda su historia. La versión de competición se beneficiaba de su tamaño y peso ligero, pero también de un propulsor primero con 350 CV y después... ¡con 500!, de modo que en solo 2 segundos alcanzaba 100 km/h desde parado. Ganó el Campeonato del Mundo de manera consecutiva en 1985 y 1986 -última temporada de los Grupo B–, y los dos años siguientes una versión “adaptada” triunfó en el Dakar.
PEUGEOT