
Queso rallado
Es cómodo comprar el queso ya rallado, ya que el esfuerzo para utilizarlo es mínimo, pero lo recomendable es rallarlo tú mismo. No tardas nada y probablemente el producto sea de mayor calidad y más barato.
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Zumos envasados
Más allá de la calidad, el sabor de una naranja o cualquier otra fruta exprimida es mucho mejor que el de los productos envasados. Y también mucho más barato.
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Comida ya elaborada
Es muy útil si no tienes tiempo para cocinar o en días concretos, pero recurrir a ello todos los días supondrá un gasto enorme para tu presupuesto. Siempre que puedas, cocina tú mismo.
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Verduras o frutas ya cortadas
Es cierto que los supermercados venden verduras o frutas cortadas. Más allá de suponer un mayor gasto de plástico, muy perjudicial para el medio ambiente, también es mucho más caro, por lo que no merece la pena.
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Tomate frito
En el supermercado tienes numerosas salsas de tomate, pero todas te resultarán más caras y de peor calidad que hacer tú mismo en casa una salsa de tomate natural.
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Especias
En vez de recurrir a los botes en los supermercados, que salen muy caros en relación con la cantidad que traen, es mejor comprar las especias a granel. Ahorrarás bastante.
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Botellas de agua
En la mayoría de ciudades españolas el agua del grifo es de calidad, por lo que comprar las botellas de agua en el supermercado supondrán un gasto de dinero innecesario.
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Ensaladas preparadas
Ciertamente es muy cómodo abrir un envase y ponerte a comer directamente una ensalada, pero también es mucho más caro. Y la verdad es que hacer una ensalada tú mismo con productos naturales tampoco es tan difícil.
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Pizza procesada
Las opciones en el supermercado son numerosas, pero ¿has probado a hacer en casa una pizza casera? Seguro que está mucho más rica, es más saludable y te sale más barata.
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