La labor principal de La senda de gala es la protección animal. "Siempre he recogido todo lo que me he encontrado: hurones, gallinas, patos, cerdos vietnamitas, cabras enanas, caballos, conejos... Y, por supuesto, perros y gatos", expresa Ibáñez. Entre los peludos que tiene ahora bajo su cargo en busca de una nueva familia se encuentra Moro, un mestizo de siete años que fue encontrado en el chalet de una mujer. "Nos llamó diciendo que un perro en malas condiciones había entrado en su casa y se había metido debajo de unas plantas, donde se había hecho un ovillo y no se movía", cuenta. "Fui a buscarle y, efectivamente, estaba agonizando. Le llevamos al veterinario, se le dio tratamiento, mucho cariño y ahora Moro está perfecto".
LA SENDA DE GALALa fundadora de La senda de gala cuenta que, económicamente, la protectora solo se nutre de algún padrino, colaboradores y de los mercadillos benéficos que realizan, así como de las frecuentes recogidas de pienso en distintas tiendas de mascotas. "No recibimos ningún tipo de subvención estatal, ni local, solo contamos con la aportación de los socios y con el trabajo inestimable del voluntariado", afirman en su página de Facebook. Gracias a estos apoyos Nuria puede cuidar de perros como Tuno, un mestizo de once años. "Su mamá llegó a la protectora a punto de parir. Tuvo doce cachorros y Tuno fue el único que nunca fue adoptado", lamenta Ibáñez.
LA SENDA DE GALAEntre los perros que más ayuda necesitan, Nuria explica que "cuesta más dar en adopción perros de tamaño grande y los que son mayores". "A partir de los seis años es muy difícil y, justo en este momento nosotros nos encontramos con que tenemos animales muy grandes y de mucha edad que necesitan piensos especiales, medicación y sobre todo, mucho cariño", cuenta. Ejemplo de ello es Trina, una podenca de nueve años a la que tiraron por encima de la valla cuando tenía a penas un año. "Cuando la llevamos al veterinario nos dimos cuenta de que tenía un problema de corazón. Tuvieron que traer una válvula de Estados Unidos para operarla", relata Ibáñez. "Ahora goza de salud y está super contenta".
LA SENDA DE GALAOtro ejemplo de perros difíciles de dar en adopción es Pani, un cruce de Dóberman de ocho años procedente de una camada no deseada. "Los dueños de su mamá dejaron que la perra se quedara preñada y les costó muchísimo dar a los cachorros ya que no eran de raza pura. Pani fue la última y, o me la quedaba yo, o la sacrificaban", explica Nuria. "Nadie se ha interesado por ella al ser de tamaño grande y no tener ni las orejas, ni el rabo cortado".
LA SENDA DE GALAEn cuanto a adoptar a alguno de los peludos de La senda de gala, el proceso es parecido al que siguen todas las protectoras hoy en día. "No hacemos rellenar un formulario pero el primer contacto es telefónico y hay que pasar un proceso en el que conocemos al posible adoptante, viene al albergue a hablar con nosotros, a conocer a su futuro perro y, si es necesario, se realiza una visita a la casa del interesado", detalla Nuria. "También llevamos a los perros a las casas de los futuros dueños para ver cómo reaccionan tanto perros como personas". Una de las perras que está buscando esa oportunidad es Novi, una hembra de siete años que fue encontrada atada a un poste al lado de un comercio, con un edredón en el suelo y un plato de comida y otro de agua.
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