En Nakuru, localidad habitualmente pacífica del valle del Rift, un trabajador de una morgue dijo el lunes que 64 cadáveres yacían en el centro, todos víctimas de la violencia étnica de los últimos cuatro días.

"Hasta el momento son 64 desde que comenzaron los enfrentamientos. Algunas tienen heridas de arma blanca, otros fueron heridos con flechas y algunos quemados", dijo el trabajador de la funeraria en Nakuro, pidiendo no ser identificado.

Ocho personas murieron quemadas encerradas en una casa en la región.

La violencia desde las elecciones del 27 de diciembre ha cobrado impulso propio - vinculado a décadas de disputas por tierras, desigualdades de riqueza y un pasado de gobierno colonial británico - llevando la cifra de muertos a cerca de 800 personas.

La UE amenaza con revisar las ayudas

Después de varios días en los que se han registrado en el país africano grandes dosis de violencia, la Unión Europea (UE) advirtió al Gobierno keniano de que si no da los pasos necesarios para superar la actual crisis política, "el compromiso de los países donantes" y las relaciones de Kenia con Bruselas "podrían verse afectados".

El Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la UE, reunido en Bruselas, condenó los actos de violencia que se suceden en el país africano desde las elecciones del pasado diciembre, que han causado más de 500 muertos (mil según la oposición) y alrededor de 250.000 desplazados, 6.000 de ellos refugiados en la vecina Uganda.

La UE asegura que sigue "extremadamente preocupada" por la crisis que sufre Kenia desde los comicios presidenciales del pasado mes de diciembre, y pidió que se investiguen de manera urgente las acusaciones de fraude en el recuento de votos.