Un agente de la Policía Nacional ha declarado este martes ante el juez que, tras el accidente del 3 de julio de 2006 de Metrovalencia, buscó el libro de averías en la cabina del conductor del metro siniestro pero no lo encontró.

Así lo ha manifestado este agente en su declaración en calidad de testigo-perito ante la titular del Juzgado de Instrucción número 21 de Valencia, en una diligencia de investigación realizada después de que la jueza decidiera reabrir el caso.

El policía ha explicado que intervino en las actuaciones que quedaron reflejadas en el informe técnico policial que se realizó tras el accidente en el que fallecieron 43 personas y otras 47 resultaron heridas. Ha señalado que el objeto del estudio era confeccionar un informe técnico de las posibles causas del descarrilamiento de la UTA siniestradas.

En concreto, ha indicado que su labor consistió, una vez finalizado el levantamiento de cadáveres, en realizar el recorrido desde la estación de Jesús hasta la de Plaza de España y viceversa para observar el estado en que había quedado la línea, desperfectos y anomalías.

El agente ha señalado que las ventanas no estaban en ninguno de los huecos y que los cristales se encontraban extendidos por las vías. Respecto a la cabina, ha indicado que lo primero que le llamó la atención fue un agujero en la parte central.

Asimismo, ha explicado que estuvo buscando en la cabina del conductor el libro de averías —porque su jefe le indicó que lo buscará ahí—, pero no lo encontró. No obstante, en otro momento de su declaración ha destacado que ésta era "una labor secundaria".

El policía ha asegurado que no advirtió ninguna "anomalía" en las vías, salvo las marcas, y que no apreció ningún vañe que pudiera dar lugar al balanceo del tren. Ha indicado que la comprobación se hizo visual y que no vio ninguna "peculiaridad". Respecto a las balizas, ha respondido que desconoce todo lo relativo a su programación informática.