La Comunitat Valenciana registró en 2013 la creación de 11.072 nuevas sociedades o, lo que es lo mismo, 30,3 sociedades mercantiles nuevas cada día. Esta cifra supone una subida del 7,19% respecto al año anterior y supera ligeramente la media española (7,02%). Sin embargo, este dato hay que englobarlo en un ritmo también creciente de destrucción de empresas: el año que ha concluido ha significado la desaparición de 2.637 sociedades en las tres provincias valencianas, un 15,71% más que en 2012 y 3,5 puntos por encima de la media estatal.

Así lo ponen de manifiesto los datos recogidos por el Colegio de Registradores de la Propiedad y Mercantiles de España. Según este organismo, la Comunitat ocupó en 2013 el cuarto puesto del ranking nacional de autonomías por número de sociedades constituidas, solo superada por Madrid (19.769), Cataluña (17.685) y Andalucía (15.407). La misma posición que en el apartado de extinción de sociedades (cuarta), tras Cataluña, Madrid y Andalucía.

Otro dato negativo es el incremento en el número de concursos de acreedores, el proceso judicial para ordenar los pagos de una empresa que puede acabar en extinción si no se logra la viabilidad de la sociedad. El número de declaraciones de las antiguas suspensiones de pagos creció un 8,01% en la Comunitat, al pasar de 974 a 1.052 concursos en el último año. Es la tercera autonomía que más procedimientos de este tipo registra, aunque el incremento registrado queda lejos del 20,7% contabilizado en el conjunto nacional.

El plazo medio para constituir una sociedad en España por vía telemática es de 27,92 días, según los datos de los registros mercantiles hechos públicos ayer. En las constituciones presenciales, en cambio, la media fue de 51,15 días, es decir, de casi dos meses. La demora de los trámites, la burocracia y el interminable papeleo son la principal queja de los ciudadanos que deciden emprender un negocio y constituyen una sociedad

Hermanas y falleras de cuna, Fátima y María Aguas decidieron lanzarse en septiembre a la apertura de un comercio de indumentaria valenciana, Aguas de Marzo: “Es un negocio de tradición familiar y siempre habíamos tenido la ilusión de fundar nuestro establecimiento. Aunque los principios son difíciles, cada vez nos conocen más y viene más gente”. Sobre la experiencia del autoempleo, aseguran que “aunque supone más esfuerzo, es más gratificante trabajar para uno mismo”.