La CUN, primer centro español que inicia el tratamiento de tumores neuroendocrinos con isótopos radiactivos

La Clínica dice que hasta ahora este tratamiento sólo se podía llevar a cabo mediante la derivación de los pacientes a centros extranjeros
Médicos de la CUN.
Médicos de la CUN.
EP/CUN
Médicos de la CUN.

La Clínica Universidad de Navarra es el primer centro español que ha iniciado la aplicación clínica del tratamiento con el isótopo radiactivo 177-Lutecio-Octreotate en pacientes con tumores neuroendocrinos metastásicos, bien diferenciados, mediante acceso individualizado (autorización individual, a cada uno de los pacientes, para el acceso a este tratamiento).

La terapia con 177-Lu-Octreotate está aprobada por las agencias internacionales americana (FDA) y europea (EMA), según ha informado en una nota la Clínica Universidad de Navarra, que ha destacado que hasta ahora este tipo de tratamiento sólo se podía llevar a cabo mediante la derivación de los pacientes a centros extranjeros como Rotterdam en Holanda y Milán en Italia. En España hay tres centros involucrados en ensayos clínicos con éste producto.

La CUN ha explicado que los tumores neuroendocrinos (TNE) constituyen un grupo heterogéneo de neoplasias (masas tumorales) que se caracterizan por producir una serie de moléculas, también llamadas hormonas.

Son tumores relativamente poco frecuentes, unos 5 casos por 100.000 habitantes cada año, aunque su incidencia está creciendo durante los últimos años. Los más comunes se localizan en el tracto gastrointestinal, es decir, en el estómago, intestino y páncreas. La supervivencia global a los 5 años es del 65 por ciento.

El tratamiento de los tumores neuroendocrinos, sobre todo de los que están bien diferenciados, se basa en el hecho de que las células tumorales expresan unos receptores para una molécula muy específica, la somatostatina. Esto permite tratarlos con fármacos análogos de somatostatina de alta afinidad como la Octreotida, que constituye la primera línea de tratamiento.

Recientemente, ha expuesto la CUN, se han desarrollado otros péptidos (unión de dos o más aminoácidos) similares como el Octreotate (DOTA-TATE) que además pueden unirse con un isótopo radiactivo como el 177-Lutecio y así destruir selectivamente las lesiones tumorales. El isótopo radiactivo 177-Lutecio emite una radiación denominada beta que destruye localmente con un radio de acción muy pequeño (unos 2 mm).

Este hecho, según el especialista de Medicina Nuclear de la Clínica y responsable de estos tratamientos, Javier Arbizu, "hace especialmente atractivo este tratamiento, ya que la radiación se va a limitar casi exclusivamente a las células tumorales, protegiendo el tejido sano". Además, ha apuntado, "tiene una vida media larga (6,7 días), por lo que permanece en el interior del tumor el tiempo necesario para su destrucción".

Al tratarse de un medicamento que todavía no se ha registrado para su comercialización, la indicación del tratamiento ha de ser valorada caso por caso y debe ser aprobado por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) mediante el procedimiento de acceso individualizado.

Centro hospitalario cualificado

Por otro lado, la CUN ha puesto de relieve que el tratamiento con 177-Lutecio-Octreotate "no está exento de riesgos". Por tanto, ha explicado el doctor Arbizu, "debe realizarse en un centro hospitalario cualificado y especialmente autorizado, que disponga de las condiciones necesarias para su correcto control y así evitar complicaciones".

El tratamiento consta de cuatro ciclos en los que se administra una dosis de 177 Lutecio-Octreotate, que se repite cada 8-10 semanas. Durante este tiempo el paciente deberá estar controlado por su especialista clínico quien valorará la aparición de toxicidad.

El primer beneficio que refieren los pacientes es la mejoría en la calidad de vida tras la desaparición de los síntomas de enfermedad. Con frecuencia estos pacientes sienten un marcado cansancio, con diarreas y dolor abdominal. Tras el primer ciclo, según el doctor Arbizu, los pacientes van recuperando el tono vital, vuelven a sus trabajos y quehaceres cotidianos, deporte, etc.

"Entre un 50 por ciento y un 70 por ciento de los pacientes refieren una mejoría de los síntomas clínicos. Además, la tolerancia al tratamiento es muy buena", ha destacado.

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