La Fiscalía y la acusación particular han solicitado seis años de cárcel y otros 10 de alejamiento para un vigués, José Antonio R.A., como presunto autor de un delito continuado de abusos sexuales a una menor, hija de la que era su pareja sentimental (y con quien tiene un hijo en común).

En el juicio contra este acusado, que se ha celebrado este miércoles en la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, el fiscal ha considerado probado que este hombre realizó tocamientos, "con el fin de satisfacer su deseo libidinoso", a la hija de su pareja durante más de dos años, cuando la niña tenía entre 9 y 10 años de edad. Según su argumentación, la niña no denunció antes los hechos (lo hizo en agosto de 2011 por medio de una carta que entregó a su madre) por "miedo".

En la vista se reprodujo la declaración de la menor, que este miércoles no estuvo presente, en la que la niña confirmaba que el acusado, al que se refería como "el señor", le tocaba los genitales con la mano o con el pene, que le agarraba las manos para que pudiera escapar, y que le pedía "siempre" que no le contase nada a su madre. Según la versión de la víctima, los abusos se producían "todas las semanas", cuando la madre no estaba en la casa o, incluso, cuando estaba en el piso pero se encontraba en otra estancia.

La niña refirió ante el tribunal que el acusado la trataba a ella y a su familia (su madre y su hermano mayor) "como a perros", que no les daba dinero para sus gastos y que no quería que saliera de casa. "Estaba todo el tiempo gritando", apuntó la menor en su declaración, y también confirmó que decidió contar todo a su madre en una carta.

Tanto la Fiscalía como la acusación han coincidido en pedir para José Antonio R.A. una pena de seis años de prisión, una orden de alejamiento por 10 años, y una indemnización para la niña de 10.000 euros. La defensa pide su libre absolución.

Testigos periciales

Los cinco testigos y peritos médicos que han prestado declaración (psicólogas, psiquiatras y forenses) han coincidido en dar credibilidad a la versión de la menor, en que su relato de los hechos era "coherente" y que no apreciaron "tendencia a la fabulación". De hecho, alguno de ellos precisó que no había indicios de que la versión de la niña fuera inducida por otra persona.

Estos profesionales justificaron sus conclusiones "por los detalles" que la menor aportaba en su testimonio. Una de las psicólogas señaló que la niña era "madura para su edad, sensata" y "sin rasgos psicopatológicos". "Las cosas que contaba era verosímiles y coherentes", añadió, al tiempo que señaló que la víctima es "una niña dañada", que todavía, dos años y medio después de los hechos, está "afectada".

El psiquiatra del Hospital Nicolás Peña que sigue tratando a la menor ha confirmado que padece "neurosis post traumática y depresión", que se manifiestan en trastornos del sueño, fobias, flashbacks emocionales, y cuadros de ansiedad. Asimismo, refirió que la niña "no es capaz de concentrarse" y que manifiesta un "rechazo a personas de sexo masculino".

DEFENSA

Por su parte, el acusado ha negado reiteradamente las acusaciones. "Nunca la toqué", manifestó en el juicio, al tiempo que subrayó que "evidentemente, la niña ha sido inducida por su madre" para hacerle "daño" a él.

A ese respecto, José Antonio R.A. destacó durante el juicio que la relación con la madre de la menor estaba "rota" y que la mujer le había amenazado en varias ocasiones con quitarle al hijo que ambos tienen en común, y que nació en 2010.

Asimismo, este hombre (que fue Policía Nacional en prácticas, y expulsado del Cuerpo) aseguró ante el tribunal que su pareja era una madre "un poco sádica" y que incluso pegaba a sus hijos con un cinturón y una porra de madera.

La defensa del acusado pidió su libre absolución, argumentando que no hay "prueba de cargo suficiente", y basándose en la "falta de coherencia y verosimilitud" de las versiones de la niña y su madre. Según la abogada, la denuncia y la acusación contra José Antonio R.A. son "producto de una fabulación".