Artur Mas: "Han intentado y seguirán intentando hundirme"

  • El presidente catalán revela en un libro las repercusiones personales que ha tenido su viraje soberanista.
  • Reconoce que ha tenido "tentaciones" de "pocos segundos" de dejar la política.
  • La filósofa Teresa Pous ha recogido sus reflexiones en 'Servir Cataluña. Artur Mas, el hombre, el político, el pensador'.
  • Tras recorrer la faceta más personal del líder de CiU, el último capítulo está dedicado a la consulta.
Artur Mas, en una intervención en el Parlament.
Artur Mas, en una intervención en el Parlament.
EFE / Toni Garriga
Artur Mas, en una intervención en el Parlament.

El presidente catalán, Artur Mas, lamenta en un libro que sea un personaje "odiado" en partes de España tras su viraje soberanista y confiesa que ha tenido "tentaciones" de "pocos segundos" de duración de dejar la política que no han tumbado su compromiso en un proceso "sin marcha atrás".

Son algunas de las reflexiones que el presidente catalán ha trasladado a la filósofa Teresa Pous y que la autora ha recogido en el libro Servir Cataluña. Artur Mas, el hombre, el político, el pensador, publicado en catalán por la editorial Ara Llibres.

En formato entrevista, el libro explora la faceta más personal de Mas: su primer recuerdo cuando de pequeño le cayó en la cabeza una paella con aceite caliente, su etapa en el Liceo Francés, las enfermedades que han castigado a su familia, su papel de hermano mayor y de padre, y su relación con su esposa, Helena Rakòsnik.

Mas también revela su idea de familia como "algo que no se puede poner en peligro porque es insustituible" y se define a sí mismo como un hombre "más afectuoso que cordial", al que le gusta escuchar.

En el transcurso de la entrevista, el líder de CiU también admite que una de las cosas de las que más se arrepiente en su carrera política es haber sido "excesivamente confiado" con algunas personas, describe cómo llegó a la política sin que fuera ese inicialmente su objetivo y señala referentes en su pensamiento, entre ellos Mahatma Gandhi, Winston Churchill y Juan XXIII.

Pous ha explicado que tuvo un "sorpresa agradable" al empezar el pasado mayo las entrevistas a Artur Mas, al que no conocía previamente, porque, según ha dicho, es un hombre aparentemente "frío", seguramente por sus vivencias, pero que luego se implicó en desvelar su faceta interior y en ningún momento "se escondió tras una máscara".

Tras explorar la faceta más personal, el último capítulo del libro, de unas 251 páginas, está centrado en el proceso por la consulta de autodeterminación, que Mas puso en la agenda política al adelantar las elecciones hace un año, lo que justifica porque quería vehicular "la voz de la calle" y tener el "aval" de las urnas.

"La gente decidió que para seguir el camino a la libertad se tenía que hacer de una forma diferente a cómo lo veía yo", admite el líder de CiU, que perdió 12 diputados, pese a que hubo un voto mayoritario al bloque de fuerzas a favor de la consulta.

El viraje político ha provocado, según Mas, que "vayan descaradamente" a por él y que se haya convertido en "un personaje "odiado" en algunas partes de España y "concretamente en Madrid". "A mí me han intentado y seguirán intentando hundirme", asegura.

"Sacrificios personales"

Mas acepta los "sacrificios personales" en el actual contexto político porque entiende que "tienen sentido si son para proyectos colectivos" y apunta que, en términos generales, una de las mayores facturas que ha pagado por dedicarse desde hace décadas a la política es la de no tener tiempo para sí mismo.

En el libro, el presidente catalán reitera que en estos momentos sólo abandonaría sus responsabilidades políticas si tuviera un problema familiar "muy grande" o si llega a la conclusión de que se ha convertido "en un problema más que en una solución" para Cataluña.

Recalca que el proceso soberanista "no tiene marcha atrás", pese a admitir que nadie sabe exactamente qué pasará, y aboga por aplicar "serenidad" y no avanzar "a golpes de arrebatos". "Quizás en algún momento nos la tendremos que jugar", plantea, no sin antes analizar bien "cuál es el mejor momento".

Mas descarta alternativas al constatar que el Estado español no ha hecho ninguna propuesta de "grandísimo nivel" para Cataluña y, en todo caso, si un día llegara esa propuesta, "se tendría que poner a votación igual que la independencia".

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