Julio Llamazares: "Hay un falso 'robinhoodismo' en pensar que robar a artistas está bien cuando se causa un daño social"

Presenta al público aragonés 'Las lágrimas de San Lorenzo', su visión de la vida y el paso del tiempo
Julio Llamazares durante la entrevista en un céntrico hotel de Zaragoza
Julio Llamazares durante la entrevista en un céntrico hotel de Zaragoza
EUROPA PRESS
Julio Llamazares durante la entrevista en un céntrico hotel de Zaragoza

El escritor Julio Llamazares ha alertado de que existe "una especie de falso 'robinhoodismo'", por el que "parece que robar a escritores y a artistas es hacer el bien, cuando lo que se causa es un gran perjuicio social a largo plazo". Además, ha recordado que la piratería "sustituye a una palabra más evidente que es el robo" y es "un problema moral" que necesita de una reflexión a nivel nacional.

Llamazares ha participado esta semana en el ciclo 'Conversaciones con el autor', que organiza la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ), en el que se ha encontrado con sus lectores en la capital aragonesa y los municipios de Borja y Tarazona y con quienes ha debatido sobre su último trabajo, 'Las lágrimas de San Lorenzo', y sus anteriores novelas, entre ellas 'La lluvia amarilla' sobre la despoblación en un pequeño pueblo del Pirineo aragonés.

En una entrevista con Europa Press, el autor ha reflexionado sobre el oficio del escritor, la situación de la literatura en España, el protagonismo de las nuevas tecnologías, el problema de la piratería y las nuevas posibilidades que ofrece la narrativa transmedia.

En el caso de la piratería, ha lamentado la "relajación moral" de que "se vea como natural robar a los demás" e, incluso, "se pretende que sea moralmente bueno" y quien lo hace "no sólo no se avergüenza, sino que además presume y si no robas eres un gilipollas", ha observado.

Este problema "tiene que ver con la idiosincrasia de los países y nos debería hacer pensar el dato de por qué España es el primer país del mundo en piratería", ha apreciado, para considerar que esta "falta de principios morales básicos" también se vincula "a una especie de impunidad de la corrupción a nivel moral".

ADICCIÓN

Además, "hay una adicción a la piratería" en quien asegura tener en sus dispositivos miles de novelas que luego no leerá, pero "de lo que es gratis, la gente no se sacia nunca". Sin embargo, "ahora se robará mucho, pero llegará un momento en que no habrá nada que piratear porque nadie producirá nada, acabará con la creación", dado que "la gente, si no puede vivir de su trabajo dejará de hacerlo".

Por ello, ha defendido que "la base de todo está en la educación", evitando que los más pequeños vean como natural las descargas ilegales, un cambio que deben potenciar "las instituciones públicas, pero están nuestros gobernantes como para dar ejemplo de nada", ha dicho irónico.

Así, las nuevas tecnologías y formatos son una oportunidad "porque permiten facilitar la vida y la producción, en este caso, de libros, pero puede ser contraproducente el uso que hagamos de ellas", más allá de la piratería porque "han cambiado la forma de percibir el mundo" y se ha extendido "una especie de adicción social a las tecnologías" por la que "la gente ya no mira el paisaje si no es a través de las pantallas, ni se relaciona si no es a través de las redes sociales, y las amistades y relaciones son virtuales".

La literatura "cala poco a poco"

Julio Llamazares ha estimado que en España "nunca se ha leído más que ahora", si bien "otra cosa es qué se lee". La literatura y el arte "no se pueden medir por cantidades y sí por la repercusión que la obra tenga en su destinatario", un efecto que se despliega "a largo plazo".

"La literatura es como el sirimiri vasco, que va calando poco a poco", mientras que el periodismo o la política, que están "más vinculados a la actualidad", son como "tormentas de verano, que producen mucho aparato eléctrico y luego se pasan rápidamente".

De hecho, éste es el motivo por el que "cien años después todos seguimos influenciados y leyendo a Machado, a Valle-Inclán, a Lorca, pero no nos acordamos de quién era el presidente del gobierno hace 25 años".

En un momento en el que "la consigna" parece ser que "si no escribes, no eres nadie", Llamazares ha apuntado que se ha producido una "trivialización del ejercicio de la literatura y la gente empieza a pensar que escribir es muy fácil y es muy difícil".

La misma situación se produce con el periodismo, "ahora todo el mundo es periodista o escritor" e, incluso, el libro ha pasado de ser un objeto cultural a "un producto de consumo". "Todo el mundo aspira a ser escritor y eso no es malo en sí, lo que es malo es pensar que escribir es fácil y que lo puede hacer todo el mundo, porque una cosa es poner una palabra detrás de otra y otra, escribir literariamente".

Sobre la literatura transmedia y las nuevas formas de comunicación, ha admitido con humor que "soy muy antiguo y sigo escribiendo en solitario, como siempre se hizo", aunque "no tengo nada en contra de cualquier innovación".

En todo caso, "muchas veces nos empeñamos en ser originales olvidando la tradición, que es de donde viene todo, y la mejor manera de ser original es conocer el pasado y crear tu obra". No obstante, "toda tecnología y fórmula que sirva para comunicar pensamientos, sentimientos y literatura a los demás me parece que está bien".

"nos miramos demasiado el ombligo"

Respecto a la situación del país y la crisis, ha observado que "nos miramos demasiado el ombligo y ha habido una profunda crisis, pero no tanto de la forma de vida, como del modelo que estábamos siguiendo de correr locamente hacia adelante".

"Este país era como el tren de los hermanos Marx, que lo quemaban para que siguiera corriendo y de repente no había nada que quemar y nos despertamos un día y nos dimos cuenta de que no éramos tan ricos como pensábamos y que no podíamos seguir viviendo con ese ritmo de vida".

Al viajar a otras zonas del mundo, como Hispanoamérica, África o Asia, "te das cuenta de que, aún teniendo motivos para quejarnos por muchas cosas, nos quejamos de vicio".

El paso del tiempo

Julio Llamazares expone en 'Las lágrimas de San Lorenzo' su visión de la vida y encuentra su tema principal en "el paso del tiempo". "Escribimos porque el tiempo pasa, leemos porque el tiempo pasa y escribimos y leemos para entender algo de este misterio, de este sinsentido de la vida, y de eso trata esta novela".

En su visita a la provincia zaragozana, casi "hablamos más de 'La lluvia amarilla', cosa que parece inevitable estando en Aragón", ha afirmado, para subrayar que en Zaragoza "siempre he sido muy bien recibido".

En los encuentros con los lectores, "siempre aprendes algo, porque el oficio de escribir es de los más solitarios que existen" y el creador no conoce la reacción del público "salvo en casos como éste y a veces escuchas cosas que realmente te sorprenden porque, al fin y al cabo, cada lector es un mundo y lee un libro diferente, porque el libro como objeto fijo no existe, un libro es un espejo en el que el lector se mira y cada uno se refleja de una forma", ha resaltado.

El periodista y escritor Julio Llamazares (Vegamián, León, 1955) trabaja ya en una nueva novela, "que he empezado hace cuatro meses, y estoy con la segunda parte de un libro de viajes", dedicado a las catedrales de España.

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