Pocas cosas hay tan cambiantes como el fútbol. A menos de una semana del clásico, las sensaciones han variado radicalmente. Lo que se presumía como una final en la que el Real Madrid podría despedirse de la Liga, ahora ya no lo es tanto, mientras que el Barça sumó su primer tropiezo de la temporada.

Los madridistas están viviendo al filo de la navaja en todo este inicio de temporada. El empate ante el Villarreal y la derrota en el derbi ante el Atlético, le dejaron muy tocado pero se salvó en el descuento en sus visitas a Elche y Levante y eso le mantuvo con vida en la competición doméstica. Su victoria ante el Málaga el sábado fue convincente y llegó en el mejor momento, justo antes del clásico ante el Barça.

Los culés, que este martes juegan en Milán, tienen ahora una sensación agridulce. Son líderes en solitario de la Liga gracias a la derrota del Atlético, pero el empate en El Sadar ante Osasuna no es un buen resultado, y permite a los madridistas llegar al Camp Nou con opciones de alcanzarles en la clasificación.

En cada choque entre Barça y Madrid en los últimos años todos los focos apuntaban a sus dos estrellas, Messi y Cristiano Ronaldo, el duelo entre los dos mejores jugadores del mundo. Pero este año dos jugadores los superarán en atención: Neymar y Bale.

La adaptación del brasileño al conjunto azulgrana ha sido perfecta. Acostado en la banda izquierda, Neymar es un peligro constante y el desequilibrio que provoca genera muchas ocasiones de gol para sus compañeros. Su relación con Messi, además, es perfecta . Pero su juego ha generado un debate. Desde el entorno culé denuncian las continuas faltas que recibe y la dureza de muchas entradas para frenar sus avances. El propio Martino se quejó de ello tras el partido en El Sadar. Por otro lado, sus detractores le acusan de 'piscinero' y de exagerar las faltas que le hacen.

En Madrid, tras una semana hablando sobre lo que es una protusión discal en la columna y cómo puede afectar a la carrera de un jugador, con intervención de Florentino Pérez al respecto incluida, Gareth Bale volvió a jugar con la camiseta blanca. Después de un verano sin pretemporada, el galés ha sufrido ya un par de pequeñas lesiones por molestias musculares que le han impedido rendir a su mejor nivel.

Ante el Málaga jugó unos minutos y se vio algún destello de lo que puede llegar a ofrecer, forzando incluso un penalti algo dudoso. Ahora el debate es si Bale debe ser titular en el Camp Nou o Ancelotti debe seguir confiando en Isco y Di María. Queda una semana entera para debatir sobre ello, con el partido ante la Juventus entre medias.