Dos de los tres peritos que hicieron un informe en el que relacionaban el 11-M con la banda terrorista ETA se someterán a un examen psicológico.

Así lo ha ordenado Gemma Gallego, la juez que se encargó del caso del ácido bórico, después de que los dos peritos, Isabel López y Manuel Escribano, presentaran una denuncia por coacciones contra José Andradas (jefe de la Unidad Central de Analítica de la Policía) y contra Francisco Ramírez (jefe de la sección de la Unidad de Análisis), según escribe José Antonio Hernández en El País.

Aunque este proceso es independiente del caso del ácido bórico, los protagonistas son los mismos, ya que la juez en este caso también es Gemma Gallego.

El origen está en el atentado de la T-4

El proceso tiene su origen en el atentado de Barajas, cuando los dos policías ordenaron analizar muestras del atentado y pidieron que se usara para ello todas las instalaciones del departamento que fueran precisas, lo que incluía las dependencias en las que trabajan los dos peritos, que estaban de vacaciones.

Al volver, denunciaron a Andradas y Ramírez porque se sintieron "humillados y vejados" con la decisión.