La amiga de Cuenca imputada por su implicación en el crimen de los holandeses declara sentirse "engañada" y "tonta"

La amiga de Juan Cuenca, María Rosa Vázquez, imputada por su implicación en el crimen de la pareja de holandeses, Ingrid Visser y su pareja Ludewijk Severin, declaró, a finales de junio ante el Juzgado de Instrucción número 5 de Molina de Segura, sentirse "engañada" y "tonta".

La amiga de Juan Cuenca, María Rosa Vázquez, imputada por su implicación en el crimen de la pareja de holandeses, Ingrid Visser y su pareja Ludewijk Severin, declaró, a finales de junio ante el Juzgado de Instrucción número 5 de Molina de Segura, sentirse "engañada" y "tonta".

Asimismo, indicó que nunca sospechó nada raro que le hiciera desconfiar de Cuenca, que no pudo denunciar hasta no sentirse a salvo y que cuando dijo a la policía que los holandeses estarían "muertos y enterrados" era porque sospechaba que no les había podido pasar nada bueno, pero que Juan nunca le dijo nada y que cuando le pidió explicaciones en la conversación telefónica, éste se limitó a decirle que con ella no iba.

Según aparece recogido en el sumario al que ha tenido acceso Europa Press, María Rosa ratificó en su segunda declaración lo afirmado en su declaración prestada en calidad de testigo en la Comisaría de Policía. De tal forma, aseguró que no conocía a Ingrid ni a Severin, que la primera vez que los vio fue el lunes 13 de mayo cuando fue a recogerlos a la avenida Juan Carlos I por encargo de Juan Cuenca.

Así como que fue la que se encargó de alquilar la casa rural, que no conocía a la dueña, que Juan le dijo que solo la quería de lunes a jueves y que eran ocho personas, que eran inversores que querían buscar terrenos y montar industria, y que los 400 euros del alquiler se los dio Serafín —Serafín Alba Luis, también imputado en los hechos—.

En su declaración ante la juez indicó que el mismo lunes 13 de mayo pagó el dinero al dueño de la casa y que se acercó a la vivienda para dejar las sábanas y toallas, así como que Juan le indicó que llegaría sobre las 18.30 horas y que esa tarde recibió un mensaje del mismo indicándole que comprara bolsas de basura grandes y pequeñas, sosa caústica y una radial, a lo que contestó, "yo no se ni lo que es ni dónde se compra".

Manifestó que Juan le recogió acompañado de dos personas más, que se bajaron a comprar en un chino, aunque desconocía lo que compraron y Cuenca tampoco le dijo lo que iban a comprar, así como que éste le pidió que fuera a recoger a los inversores porque carecían de vehículo y que los identificó porque los veía en actitud de buscar y les dijo "¿buscáis a Juan?" y le dijeron "A Juan Cuenca" y que entonces les explicó que le había surgido un imprevisto y que los llevaba ella, que ninguno dijo nada y no les extrañó.

También afirmó que Juan Cuenca ya estaba en la casa rural cuando llegó a la vivienda con los dos holandeses y que con éste había dos hombres más, aunque fuera sólo estaba él y que no recibió nada de dinero por buscar la casa y demás.

María Rosa especificó que conoció a Juan porque tenía un piso alquilado al Club Voleybol donde éste trabajaba, y que Cuenca se había comprometido con ella a cuando le fueran bien los negocios le abonaría la deuda del club, que le seguía debiendo las rentas.

Dueña vivienda dice que "se la habían dejado como el jaspe"

Así como que el martes 14 de mayo Juan le manda un whatsapp y le pregunta "¿no tendrás una motosierra?", eso ¿es para cortar árboles?, preguntó entonces ella, a lo que él afirmó y María Rosa contestó que no tenía jardín; que el miércoles le avisó de que habían abandonado la casa y recogiera las llaves de Serafín, dándole su número de teléfono, quien se las dejó en un sobre.

El jueves indicó que habló con la dueña de la casa, quien le comunicó que la casa estaba muy limpia, "que se la habían dejado como el jaspe" y que le entregó las llaves el viernes y que no volvió a ver a Cuenca hasta el día 20, cuando apareció en su casa tras reunirse con Serafín y su abogado.

Por último, comunicó que el día 21 fue la primera noticia que tuvo de la desaparición de la pareja holandesa y que es al día siguiente cuando le pide explicaciones a Cuenca y que fue entonces cuando empezó a temer por su vida y la de sus hijas, aunque en ese momento dijo no tener motivos para temer de Juan pero sí de otras personas, las que se habían quedado en la vivienda o cuales otras que pudieran tener relación.

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