La Audiencia impone 32 años de cárcel al hombre acusado de matar a puñaladas a su mujer en Mutxamel

La Audiencia Provincial de Alicante ha fijado 32 años y siete meses de prisión para un hombre acusado de matar a su mujer, con la que tenía dos hijos de cinco y un año, tras golpearla con un martillo en la cabeza y asestarle nueve puñaladas en su vivienda de la localidad alicantina de Mutxamel. El procesado, que fue declarado culpable por un jurado popular, reconoció los hechos durante el juicio y manifestó que actuó de este modo por un "arrebato".

La Audiencia Provincial de Alicante ha fijado 32 años y siete meses de prisión para un hombre acusado de matar a su mujer, con la que tenía dos hijos de cinco y un año, tras golpearla con un martillo en la cabeza y asestarle nueve puñaladas en su vivienda de la localidad alicantina de Mutxamel. El procesado, que fue declarado culpable por un jurado popular, reconoció los hechos durante el juicio y manifestó que actuó de este modo por un "arrebato".

En concreto, el tribunal le impone 22 años y siete meses de cárcel por un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento y la agravante de parentesco; y otros 10 años por un delito de incendio ya que, tras asesinar a su mujer, prendió fuego a la casa. Asimismo, tendrá que indemnizar a cada hijo con 150.000 euros, y a los padres de la víctima con 30.000 euros.

Según consta como probado en la sentencia, facilitada por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV), el incidente tuvo lugar el 12 de abril de 2011, después de que el hombre se encargara de que sus dos hijos no estuvieran en casa, ya que dejó al mayor en el colegio y a la pequeña en el domicilio de sus padres.

Su esposa le había manifestado "unas fechas antes" su voluntad de separarse, algo que él no aceptaba. Así, ese día, sin mediar palabra ni discusión alguna, cuando ambos se encontraban en el salón, le dio un golpe o empujón, de forma que la derribó, y a continuación, cuando estaba en el suelo sin poder defenderse, le asestó nueve cuchilladas en el pecho y el abdomen, que le provocaron la muerte.

El procesado, tal y como se indica en el escrito, además de quitar la vida a su mujer, "tuvo la intención de causarle un padecimiento innecesario al acuchillarla nueve veces".

A continuación, para destruir todo vestigio de lo que acababa de hacer y pese a ser plenamente conocer de que el edificio vivían otras personas, llevó el cuerpo de la mujer a una salita de la vivienda y echó gasolina en distintos puntos, incluso sobre el cuerpo de la víctima, y prendió fuego.

Las llamas afectaron directamente a la cocina, y el procesado provocó un grave riesgo de propagación a las demás viviendas del edificio, con el consiguiente peligro para los vecinos que en esos momentos las ocupaban.

PREMISAS

El tribunal considera probado el asesinato en base a las declaraciones del propio acusado, que reconoció haber apuñalado repetidas veces a su esposa con un cuchillo de cocina, y por el informe médico de la autopsia que se le practicó a la víctima.

También entiende que la intención de matar "queda acreditada" por las propias declaraciones del procesado; por el tipo de arma utilizada —un cuchillo de cocina—; y por la parte del cuerpo en que se infligieron las puñaladas —todas ellas en la zona torácica y abdominal, donde se encuentran los órganos vitales e importantes arterias cuya lesión produce la muerte—.

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