Un total de 7.400 niños de Asturias podrían no acudir a campamentos de verano por pérdida de orina por sufrir enuresis, pérdida involuntaria de orina durante la noche que provoca a los pacientes un retraimiento social, baja autoestima, falta de motivación y fracaso escolar.

En el conjunto nacional, esta cifra asciende a una cifra cercana a los 420.405 niños de entre 5 y 14, así lo ha asegurado el Instituto Urológico Madrileño, tras informar de que la enuresis se produce cuando el niño tiene cinco o más años y sufre dos o más episodios de pérdida de orina nocturna en un mes. Se trata, según ha explicado, de una enfermedad genética dado que en el 85 por ciento de los casos el origen es hereditario.

En este sentido, el Instituto ha mostrado que en Andalucía hay una mayor incidencia de casos (80.000), seguido de Cataluña (69.100), Madrid (62.700), Comunidad Valenciana (47.050), Galicia (19.250), Castilla-La Mancha (18.700), Castilla y León (18.500), País Vasco (17.570), Murcia (15.750), Aragón (11.600) y Baleares (11.100).

Del mismo modo, en Extremadura sufren esta patología 9.650 niños; en Asturias, 7.400; en Navarra, 5.100; en Cantabria, 4.700; en Ceuta, 3.440; en La Rioja, 2.655; y en Melilla, 1.040 niños.

El cuerpo humano produce orina durante todo el día ,en una proporción del 70 por ciento durante el día y 30 por ciento durante la noche. Esta producción está regulada por la acción de la hormona antidiurética que se sintetiza en el cerebro y reduce la producción de orina por la noche.

En este sentido, las personas que sufren enuresis padecen un trastorno que impide que se libere más hormona por la noche para que la producción de orina disminuya, lo que hace que la vejiga se llene durante el sueño y se produzca el escape de orina involuntaria.

De hecho, el 90 por ciento de los casos de enuresis tienen como trasfondo un trastorno fisiológico como retraso en la maduración de la vejiga o producción de orina nocturna superior a la normal, mientras que el 10 por ciento restante puede deberse a un acontecimiento inusual de la vida del niño o en su estructura familiar.

"En cualquier caso, no debe banalizarse el problema y es necesario acudir al médico ya que sólo él podrá valorar si la enuresis está asociada a patologías más graves, como la diabetes, infecciones o malformaciones del aparato urinario, y será quien determine el tratamiento a seguir", ha señalado el Instituto.

"La limitación de los niños con enuresis a la hora de ir a un campamento es tal que directamente evitan acudir. Lo más lamentable es que algunos niños que se animan a ir, la forma que utilizan para evitar el escape de orina nocturno pasa directamente por no dormir por la noche para no orinarse.

Si a estos niños les tratamos adecuadamente, ya que en el 90 por ciento el problema se solventa con medicación, podrían acudir perfectamente al campamento teniendo en cuenta que deben tomar un pequeño fármaco antes de acostarse y que tienen que reducir el consumo de bebidas gaseosas y ricas en cafeína", ha zanjado el director del Instituto, Juan Carlos Ruiz de la Roja.