Utiliza el accidente de Fukushima y el Katrina para crear fotos de paisajes románticos e imposibles

  • El fotógrafo alemán Thomas Wrede crea escenarios mediante manipulación digital y miniaturas inspiradas en los más devastadores accidentes y catástrofes naturales.
  • En "Catástrofe e idilio" el artista expone recreaciones subjetivas y de gran belleza plástica de los escenarios de la destrucción.
  • "Veo el mundo como un modelo, un gran set para el diseño y la simulación", dice.
Una de las fotos de "Catátrofe e idilio"
Una de las fotos de "Catátrofe e idilio"
© Thomas Wrede, courtesy Galerie WAGNER + PARTNER
Una de las fotos de "Catátrofe e idilio"

Para el fotógrafo alemán Thomas Wrede (1963) el mundo es el mejor de los escenarios para construir capas de realidad superpuestas. En su última exposición juega a construir paisajes de cegador romanticismo y belleza a partir de las imágenes, retenidas en los inconcientes colectivos de los habitantes del mundo entero, de las más devastadoras catástrofes recientes, entre ellas el tsunami de Japón y el accidente nuclear de Fukushima, o los huracanes Katrina y Sandy.

En el trabajo de Wrede no existe ánimo de provocación. Sus escenarios están minucisamente elaborados mediante reproducciones a escala de decorados basados o inspirados más que claramente en imágenes reales, pero la apariencia de las fotos finales es romántica, con la luz cálida al uso en los landscapes más habituales en los pósters para decorar salones. "Veo el mundo como un modelo, un gran set para el diseño y la simulación", dice el artista alemán, cuya fotografía es altamente cotizada en los mercados del arte contemporáneo.

Destrucción y belleza

En Katastrophe und Idylle (Catástrofe e idilio) —desde el 26 de abril al uno de junio en la galería Wagner + Partner de Berlín— el artista juega desde el título de la muestra con las dos ideas que asoman como pilares de su cuerpo creativo: la destrucción y su belleza. El espectador de las fotografías debe enfrentarse a las catástrofes entendidas como arquetipos y también a la potencia que les otorga su interpretración romántica, un ideal de atracción tan antiguo como el ser humano, fascinado por la hermosura del poder destructor de la naturaleza y sus expresiones más extremas.

Maestro en el modelado de paisajes digitales, Wrede transforma los restos de un poblado abatido por el tsunami en un paisaje utópico, añade idílicos atardeceres al panorama resquebrajado tras el paso un huracán, otorga capacidades plásticas a los restos de edificios anegados por una inundación, convierte en subyugante la estructura abandonada de una gran montaña rusa en el páramo helado de un potencial edad de hielo futura... El fotógrafo, dicen los galeristas, trabaja "la fenomenología de la destrucción mediante las recreaciones subjetivas".

"Paisajes del alma"

Wrede empleó diez años en culminar su anterior serie de fotos, Domestic Landscapes (Paisajes internos), donde ya había empleado la misma técnica que en Katastrophe und Idylle: dar cuerpo a escenarios posibles mediante la utilización de la manipulación digital y la construcción de tapices fotográficos que transmitieran emociones sensoriales o intelectuales. Los críticos hablaron de las obras de esa seie como soulscapes (paisajes del alma).

En Magic Worlds (Mundos mágicos), otro de sus trabajos, el fotógrafo añadió insertos digitales a fotos tomadas en parques temáticos y de atracciones y jugó con la dislocación del paisaje contemporáneo, elaborando fotos híbridas donde un lago escandinavo aparece en un paisaje de la Selva Negra alemana.

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