Los leridanos de origen inmigrante controlan peor su diabetes mellitus de tipo 2 que la población autóctona, a pesar de que los dos colectivos visitan la consulta del médico con la misma frecuencia, según ha informado la Universitat de Lleida (UdL) en un comunicado.

Así lo asegura una investigación del Grupo de Estudio en Desigualdades en Salud de Lleida, dirigido por el jefe de estudios de la Facultad de Medicina de la UdL, Jorge Soler.

El estudio, publicado en 'Gaceta Sanitaria', revela que entre los ciudadanos recién llegados el riesgo de no seguir correctamente el tratamiento —dieta, ejercicio y fármacos— es un 30% superior.

Para llegar a estas conclusiones, el equipo formado por profesores de Medicina y médicos del Instituto Catalán de la Salud (ICS) ha observado a todos los pacientes diagnosticados y tratados durante 2010 en la región sanitaria, casi 7.300 personas.

Según el articulo, para saber si el diabético cumple las prescripciones médicas, basta con medir los niveles de hemoglobina glicosilada (HbA1c).

Así, el 68,04% de los autóctonos tenía niveles correctos —el que supone un buen control de la diabetes—, mientras que el porcentaje bajaba hasta el 54,76% en el caso de la población de origen inmigrante; por procedencia, los asiáticos son los que presentan peores resultados, seguidos por los magrebíes.

A pesar de que la prevalencia de la diabetes de tipo 2 es inferior en la población inmigrante por la menor mediana de edad, el tipo de dieta y cuestiones biológicas relacionadas con las diversas etnias, las actividades preventivas no son prioritarias en este colectivo.

Los investigadores sostienen que los factores culturales y la barrera idiomática pueden afectar a la percepción de la enfermedad y, por lo tanto, a la estrategia de autocontrol de la diabetes.

En este sentido, Soler ha destacado la necesidad de nuevos estudios para profundizar en los motivos que hacen que la población inmigrando controle peor esta enfermedad.