La historia simbólica del rock en 101 cubiertas de discos

  • Jeff Gold compendia en el libro gráfico "110 Essential Rock Records" la historia, el diseño y las anécdotas de las obras fundamentales de la edad de oro del vinilo.
  • La obra comienza con el álbum de debut de los Beatles (1963) y culmina con "Never Mind the Bollocks", de los Sex Pistols (1977).
  • Colaboran dando su opinión y compartiendo recuerdos discográficos Iggy Pop, Peter Buck (REM), Johnny Marr, Nels Cline (Wilco), Devendra Banhart, Bowie...
Jimi Hendrix con la polémica cubierta de su tercer disco, "Electric Ladyland"
Jimi Hendrix con la polémica cubierta de su tercer disco, "Electric Ladyland"
© Jeff Gold - Recordmecca
Jimi Hendrix con la polémica cubierta de su tercer disco, "Electric Ladyland"

Todos tenemos uno. Es el disco que nos representa, el que atesora mucho más que una colección de canciones, aquel cuya cubierta despierta la memoria y el vaivén de los recuerdos. Pocos objetos son más sentimentales que un disco, sobre todo si se trata de un elepé de vinilo de 30,5 centímetros de diámetro empacado en una carpeta de cartón diseñada como proyección de la música grabada en los surcos.

Jeff  Gold, autor del libro 101 Essential Rock Records (101 discos esenciales del rock), explora la resonancia musical y extramusical de los discos en un libro diseñado como una carta de amor hacia los álbumes de vinilo que han escrito la historia de los últimos cincuenta años. La obra, con gran despliegue gráfico, recopila los elepés trascendentales entre Please Please Me, el disco de debut de los Beatles (1963) y el Never Mind the Bollocks de los Sex Pistols (1977), es decir, explora en profundidad la edad de oro del vinilo y abandona el recorrido con la globalización de los aparatos de música portátil (el primer prototipo del Sony Walkman es de 1978).

Una discoteca emocional ideal

El libro, que acaba de publicar la editorial Recordmecca —se puede comprar online  y cuesta 39,95 dólares, unos 30,5 euros antes de gastos de envío—, dedica a cada álbum una doble página con imágenes de la cubierta, la contraportada y la etiqueta de las primeras ediciones de cada uno de los 101 discos. Una ficha-ensayo sitúa la pieza en contexto y explica los pormenores musicales, económicos y socioculturales de la grabación y su impacto.

Los álbumes setán ordenados cronológicamente porque el libro no pretende proponer un ranking, sino una discoteca emocional ideal. La lista completa de los 101 discos está reproducida en la web de lanzamiento del libro.

Gran coleccionista de discos de vinilo, Gold hace un cálculo pertinente. Basándose en precios de mercado actuales considera que serían necesarios 125.000 dólares, unos 94.000 euros, para comprar una copia de cada una de las primeras ediciones de los discos retratados en el libro.

Disco de promoción para radio de Dylan

Entre los más caros está la edición para promoción en emisoras de radio de The Freewheelin' (Bob Dylan, 1963), que incluía cuatro temas que fueron reemplazados por otros cuando el álbum salió a la venta. Se estima que fueron prensadas una veintena de copias. Una de ellas, en buen estado de conservación, valdría hoy 10.000 dólares, unos 7.600 euros.

En el volumen comparten sus experiencias sentimentales con los discos, algunos músicos. Entre otros destacan Peter Buck (REM), Susanne Vega, Johnny Marr, Nels Cline (Wilco), Devendra Banhart, David Bowie e Iggy Pop, quien revela que el primer disco que compró fue Red River Rock, de Johnny and The Hurricanes (1959), y que sus dos piezas más veneradas son el single Gloria, del grupo de Van Morrison, Them (1964), y el álbum Freak Out!, de Frank Zappa & The Mothers of Invention (1966) —"me empujó a ser más salvaje, más rápido, más loco"—.

La discoteca personal de Hendrix

Otro de los ensayos, Jimi Hendrix: Record Collector (Jimi Hendrix: coleccionista de discos) revela detalles personales de los álbumes más escuchados por el más famoso de los guitarristas de rock, que era un ávido comprador de música. Además de los nada sorpresivos elepés de los bluesmen Muddy Waters, Howlin' Wolf y Elmore James, en la discoteca de Hendrix había más de un disco de Dylan, un par de Ravi Shankar y rarezas como Friar Tuck and His Psychedelic Guitar.

Otro revelador y jugoso apartado es Censored (Censurado), un recorrido por las muchas carpetas de discos que han sufrido mutilaciones por consideraciones morales y subjetivas.

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