Uno de cada cinco navarros mayores de 65 años complementa su dieta con algún alimento especial, complemento o producto dietético o nutricional, según una encuesta elaborada por Eroski Consumer, que indica que lo habitual es que consuman alimentos funcionales.

Además, la encuesta recoge que las personas mayores que consumen este tipo de productos estiman que gastan en ellos 10 euros de media al mes.

La encuesta, realizada por Eroski Consumer en 900 hogares de nueve comunidades autónomas, 100 de ellos en Navarra, constata que uno de cada cinco personas mayores complementa su dieta con productos especiales, pero que ninguno lo hace con suplementos o complementos alimenticios.

Además, sólo a un 11 por ciento les prescribieron o recomendaron este tipo de productos. Según el estudio, entre quienes toman alimentos funcionales, los que más éxito tienen son los yogures prebióticos (bebibles o no).

De las 100 entrevistas telefónicas realizadas en Navarra, el 55 por ciento fueron a mujeres con una edad media de 74 años. Además, tres de cada cinco estaban casadas o tenían pareja y solo un 18% tenía un nivel de estudios superior al bachiller elemental. Asimismo, una de cada cinco personas mayores navarras encuestadas vivían solas.

En cuanto a su estado de salud, para tres de cada cinco personas mayores encuestadas en Navarra era buena o muy buena, aunque cerca del 70 por ciento tenía alguna patología que requería atención médica. Las enfermedades más comunes entre los entrevistados tenían que ver con afecciones óseas (en el 45% de las ocasiones), problemas circulatorios (en el 35%), hipertensión (20%) y diabetes (en el 16%).

Durante la encuesta, ha destacado Eroski Consumer en un comunicado, se comprobó que los mayores en Navarra tienen una asignatura pendiente con las verduras, los lácteos y la hidratación.

Por un lado, aseguraron tomar al día verduras y hortalizas una vez crudas y otra, cocinadas. Sin embargo, cuando se les preguntó si comieron el día anterior a la encuesta, solo un 62% las había tomado crudas y un 38%, cocinadas. Además, reconocieron que solo tomaban leche o derivados dos veces cada jornada.