De menos a más. Uno de los largometrajes más esperados en el Festival de Sitges era The Lords of Salem, de Rob Zombie, ex líder de la banda de metal White Zombie, en la que era su cuarta película y también la más personal. El argumento mezcla el clásico tema de las Brujas de Salem con La semilla del diablo de Polanski.

Aburrimiento e incluso abucheos —en su pase matinal—, en una propuesta insólita por sus maneras, pero fallida y sin más gancho. Se esperaba más del director de La casa de los 1.000 cadáveres, Los renegados del diablo o el remake de Halloween, el origen. The Lords of Salem está protagonizada por su mujer, Sheri Moon, y cuenta con breves intervenciones de las veteranas Dee Wallace —célebre por Aullidos, o interpretar a la madre del niño de E.T.—, y una Meg Foster irreconocible, ambas presentes en el certamen.

Si The Lords of Salem sólo puede resultar satisfactoria para los seguidores más irreductibles de Zombie, en cambio la producción británica Sightseers, de Ben Wheatley, ha sido una de las más aclamadas.

Humor negro y violencia en esta road movie a través de idílicos y bucólicos paisajes, en la que una pareja treintañera, inicialmente de aspecto de lo más normal e inofensivo, sacará a la luz su lado más oscuro y desquiciado, asesinando a todo aquel que les ha cometido alguna pequeña ofensa, como ¡tirar un papel al suelo!.

Una correcta propuesta, pero con sabor a premio quizá para su director —que se está convirtiendo de culto—, el guión o alguno de sus actores, Alice Lowe y Steve Oram.

Una agradable y pequeña joya ha resultado ser también la comedia romántica norteamericana Safety Not Guaranteed (Seguridad no garantizada), de Colin Trevorrow. Tres periodistas buscan sacar un buen reportaje a partir del anuncio de un hombre que dice buscar a un compañero de viaje, pero de viaje en el tiempo. ¿Se trata de un loco o un genio? La chica del grupo será quien se aproximará al extraño desconocido.

Una modesta producción indie en la que se agradecen sus pocas pretensiones, su tono vitalista y el buen quehacer tanto en la dirección como de sus protagonistas, Aubrey Plaza y Basil Harris. Y al final a uno puede rondarle por la cabeza si la extraordinaria aventura que intentaba emprender el director con su propuesta tanto se podía referir a una temática de ciencia-ficción —de viajes en el tiempo—, como a las relaciones de pareja, amores y desamores, en unas ecuaciones igual de difíciles de preveer si funcionarán, y en las que tampoco hay "seguridad garantizada".

Ha sido una de las proyecciones más celebradas. La cabaña en el bosque (The Cabin in the Woods) es el tipo de comedia terrorífica capaz de satisfacer los deseos de cualquier aficionado al género. Así de simple.

Divertida sin resultar estúpida, más ingeniosa que cargante, con sus buenas dosis de hemoglobina y bellos cuerpos convenientemente descuartizados por el psicópata o monstruo de turno, algo de erotismo y muchas, muchas referencias a clásicos del terror desde Posesión infernal a Hellraiser, pasando por Viernes 13, Elm Street e incontables más.

Un grupo de cinco jóvenes acude a la cabaña del bosque que da lugar al título para pasar el que se supone serán unos días tranquilos. Pero lo que desconocen es que están siendo vigilados, y en cierta manera controlados, a la espera que unas malignas fuerzas ocultas despierten para cebarse en ellos de uno en uno.

La media hora final es delirante, concretamente desde el intento de escaparse en moto de uno de sus protagonistas, Es cuando pone en marcha la trituradora y se produce ese auténtico festín para los amantes del género. Un divertido y terrorífico rompecabezas que juega con los personajes arquetipos y caminos más trillados del género, para luego darle una vuelta a tanto cliché.

No es de extrañar. Detrás de ella están dos tipos que han logrado el respeto de millones de fans de todo el mundo. Uno es Joss Whedon, de rabiosa actualidad después que Los vengadores, y de prestigio con series como Buffy la cazavampiros, Firefly o Angel, aunque en La cabaña del bosque no ejerza de director sino de coguionista y productor.

El otro es un nombre menos conocido, Drew Goddard, que debuta aquí tras las cámara y con años de sólida trayectoria sobre todo en televisión, como coproductor ejecutivo y coguionista de series míticas como Perdidos, Alias y Buffy la cazavampiros o el guión de Monstruoso (Cloverfield).

‘La cabaña en el bosque’ sí que tiene distribución en España y se estrenará el 26 de octubre.