Festival de Cine Fantástico de Sitges: billete a la irrealidad

  • Este jueves comienza en la ciudad catalana el Festival de Cine Fantástico.
  • Con cada vez más espectadores, secciones y buenas películas, la cita demuestra el gran momento que viven el terror y la ciencia ficción.
Escena de la película de Bayona 'Lo imposible'.
Escena de la película de Bayona 'Lo imposible'.
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Escena de la película de Bayona 'Lo imposible'.

La historia comienza en 1967, cuando un pueblo de unos miles de habitantes empezó a consagrar unos días al cine. Tenían mar, buena comida y hermosos paisajes, pero fue el séptimo arte el que los convirtió (junto al turismo gay, pero esa es otra historia) en un destino popular. Sitges: su festival cumple este año 45 ediciones, y luce una espléndida madurez con todo el papel vendido, más periodistas que nunca y películas con buena pinta.

"Las colas para entrar a las secciones son grandiosas", dice Fausto Fernández, habitual del festival y crítico de Fotogramas. "Hay eventos que son una locura —añade—, y algo especial: las calles se decoran como las de una película de terror, hay menús temáticos en cada restaurante y mucha gente disfrazada". Hay, pues, entusiasmo, y también algo muy unido a él: juventud. Porque en medio de la tormenta del cine (ya saben, subida del IVA, piratería, un público cada vez más distante), Sitges y, en general, el cine fantástico y la ciencia ficción enganchan. "De cada diez nuevos blogs de cine —explica Fernández—, seis son de jóvenes expertos en terror y ciencia ficción".

Al alza

Habrá que creerle, porque el cine de género español funciona: El orfanato, [REC] y Los ojos de Julia, por citar solo tres ejemplos, fueron éxitos. Y, a nivel profesional, también: Jaume Collet—Serra, Jaume Balagueró, Juan Carlos Fresnadillo y Juan Antonio Bayona son cuatro de los muchos cineastas españoles que, gracias al terror o la ciencia ficción, están haciendo carrera.

Y si el cine de género está en alza, Sitges también. "Hace años lo llamaban el mercadillo —explica Nacho Estrada, redactor de Aullidos y Cine y comedia—, porque se consideraba que solo podía verse allí mero entretenimiento y que todo el arte y ensayo iría a San Sebastián. Pero es ese cine, el fantástico, el que gusta más a los jóvenes y sobre todo los estimula a ir a la sala. Porque muchas de esas películas que se pueden ver ahora en Sitges llegarán muy tarde, o no llegarán, al resto de España".

Eso es, al final, lo que distingue a un buen festival: el cine. Y Sitges se ha hecho con un lugar de privilegio en el panorama internacional, casi al nivel de Austin (EE UU), y a la par de Fantasporto (Portugal) o Rotterdam (Holanda) en Europa. ¿La clave? Entre otras cosas, el buen trabajo de su director, Ángel Sala, y una enorme variedad de secciones que permiten recorrer todo el amplio abanico del terror y la ciencia ficción mundiales.

"El género, es verdad, vive un momento muy bueno —explica el director de la revista Scifi World, Luis M. Rosales—. Las nuevas tecnologías han acercado a mucha gente al fantástico, y también es más fácil hacerlo: las cámaras digitales permiten poner en marcha proyectos modestos, lo que ha hecho germinar muchos nuevos talentos que han traído nuevas ideas y han hecho que muchos estudios estén más abiertos a premisas de terror y ciencia ficción". Pensándolo bien, nada nuevo: de La guerra de las galaxias a Tiburón, 2001, Alien o El señor de los anillos, el fantástico ha escrito muchas de las más gloriosas y exitosas páginas del cine reciente, como recuerda el propio Rosales.

¿Dónde poner la vista ahora? ¿Dónde fijarse? Sitges, como casi siempre, parece mirar hacia Oriente. Con decenas de producciones asiáticas en el programa (Corea se lleva la palma), los aficionados al fantástico oriental tienen diversión asegurada durante días. Pero también habrá que estar muy atentos al cine latinoamericano (se produce mucho y muy bueno, como acaba de demostrar la reciente Semana Internacional de Cine Fantástico de Estepona) y al estadounidense (uno de los títulos más esperados en Sitges es, por ejemplo, The Cabin in the Woods, una revisitación de todos los tópicos del género a cargo de uno de los creadores de Perdidos).

¿Y el español? ¿Cómo está el cine de terror y de ciencia ficción de nuestro país? Para el experto Rosales, podemos presumir. "Los mejores medios especializados franceses —explica—, no se cansan de elogiarlo. No creo que sea disparatado decir que es el mejor del mundo por detalles autóctonos que nos diferencian: nuestra historia, la dictadura, la transición... Una explosión cultural que nos ha dado ganas de correr, asimilar deprisa y evolucionar". El futuro también pinta en positivo: el mal momento actual, paradójicamente, puede traernos más y mejores películas patrias, que autores y público devorarán para, curiosamente, alejarse de la realidad.

Cinco de las películas más esperadas

  • Lo imposible: Juan Antonio Bayona (El orfanato) salta a Hollywood con espectáculo, Naomi Watts y Ewan McGregor.
  • Antiviral: El hijo de Cronenberg, Brandon, debuta en el largo hablando de virus y muerte... ¿Les suena?
  • Drácula 3D: Uno de los nombres legendarios del terror, Dario Argento, recupera el mito en tres dimensiones y con guión de Enrique Cerezo, productor de éxito y presidente del Atlético de Madrid.
  • Frankenweenie: Tim Burton, blanco y negro y la versión larga de uno de sus grandes cortos.
  • Cosmópolis: David Cronenberg y la vida de un millonario.

Las cifras del fin del mundo

Durante los próximos 10 días (la cita concluye el 14 de octubre) se proyectarán 256 películas en el festival, la mayoría largometrajes. Si el pasado año tuvo 115.000 espectadores y se vendieron 63.000 entradas, para este los augurios son mejores, con una gran subida en el número de entradas anticipadas vendidas. Al mal tiempo, buena cara, y la organización ha decidido no aplicar la subida del IVA: en contrapartida, tanto el cartel como el leitmotiv del festival serán en esta ocasión el fin del mundo, como informa desde Sitges Carles Rull.

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