La corporación municipal del Ayuntamiento de Bilbao, con la excepción de los cuatro concejales de Bildu, ha celebrado el 711 aniversario de la Villa con una ofrenda floral en el monumento de Don Diego López de Haro. A su finalización, el alcalde, Iñaki Azkuna, ha reconocido que "no hemos estado todos" y ha señalado que los gritos de algunos manifestantes que pedían la vuelta de los presos de ETA "no auguran nada bueno para la convivencia".

La comitiva, integrada por los concejales de PNV, PP y PSE, han partido del Consistorio pasadas las 11.20 horas para desplazarse hasta el monumento de Don Diego López de Haro ubicado en la Plaza Circular. A su salida, un grupo de personas ha proferido gritos reclamando el regreso de los presos de ETA.

A la finalización de la ofrenda, Azkuna ha remarcado que un año más se ha cumplido con la tradición de honrar "cívicamente" a Don Diego López de Haro, fundador de la Villa, aunque "no hemos estado todos y he oído algunos gritos de quienes no han mejorado absolutamente nada, no han cambiado nada".

El mandatario jeltzale ha criticado el hecho de que "algunos sigan igual" y lo ha lamentado porque "el esfuerzo que hemos hecho los demás para aceptarles no concuerda con esos gritos estentóreos y fuera de lugar que, desde luego, no auguran nada bueno para la convivencia".

"Sobran los gritos, sobran las actitudes agresivas, y aquí lo único decente y democráticamente importante en este momento es remar todos en la misma dirección para sacar al país de la crisis", ha manifestado Azkuna al tiempo que ha indicado que ése es "nuestro problema" y eso "se puede hacer con la política, no con los gritos".

Durante su comparecencia ante los medios, Azkuna ha mostrado también su esperanza en que Bilbao "sea una ciudad próspera, pacífica y que apueste por la justicia social".