La hija de Garzón: "Tras la bofetada, mi padre tiene un mundo de posibilidades"

  • "Parece que a veces se da la imagen de que a mi padre no le afectan las cosas", ha dicho María Garzón en una entrevista este sábado.
  • Garzón fue apartado de la carrera judicial durante once años por prevaricación al ordenar las escuchas del 'caso Gürtel'.
  • Asegura que en la familia ya lo tienen "asumido" y que están "mirando hacia el futuro".
  • Garzón actualmente es consultor externo en la misión de la Organización de Estados Americanos (OEA) de apoyo al proceso de paz en Colombia y presidente de una comisión internacional que supervisa la reforma del sistema judicial de Ecuador.
La hija de Baltasar Garzón, María, en la recepción del premio 'Dignidad y Coraje' en representación de su padre.
La hija de Baltasar Garzón, María, en la recepción del premio 'Dignidad y Coraje' en representación de su padre.
Nacho Gallego / EFE
La hija de Baltasar Garzón, María, en la recepción del premio 'Dignidad y Coraje' en representación de su padre.

María Garzón, hija del juez Baltasar Garzón, considera que tras la "bofetada final" que ha supuesto la inhabilitación de su padre después de los procesos seguidos contra él en el Tribunal Supremo, ha salido "reforzado", y lo anima a seguir adelante porque "ahora se le abre un mundo de posibilidades".

En una entrevista este sábado, la hija del magistrado (apartado de la carrera judicial durante once años por prevaricación al ordenar las escuchas del 'caso Gürtel') detalla los motivos que le han llevado a escribir el libro Suprema injusticia. Toda la verdad sobre el final del juez Garzón, que se ha presentado esta semana.

"Parece que a veces se da la imagen de que a mi padre no le afectan las cosas y creo que es necesario para mucha gente saber qué consecuencias personales puede tener para una familia todo este tema", señala la autora, que asegura que en su casa ya lo tienen "asumido" y que están "mirando hacia el futuro".

María Garzón (Sevilla, 1982) está convencida del "alto componente político" que ha existido en los tres procesos (las escuchas del 'caso Gürtel', los crímenes del franquismo y el patrocino de los cursos que impartió en Nueva York) y sostiene que "era obvio que querían verle bajar las escaleras de la Audiencia Nacional".

"Creo que era necesaria esa imagen porque le humillaba más", opina la joven, que considera que "salió al revés" porque al final "se vio a toda una Audiencia apoyando y a un montón de gente en la calle gritando que era una injusticia".

Y es que a lo largo de su carrera de más de treinta años Garzón ha investigado temas tan sensibles como el terrorismo y el narcotráfico con los que se ha granjeado tanta fama como partidarios y detractores, a lo que se ha unido su 'efímero' paso por la política de mano de Felipe González en 1993, "nueve meses que los ha estado arrastrando y lo hará hasta que se muera".

Esa decisión, dice su hija, le ha lastrado desde entonces porque "lo han utilizado unos y otros en distintos momentos, según les convenía: los mismos que aplaudían el caso GAL, luego le llamaban juez socialista en el caso Gürtel. Y al revés; los mismos que cuando estaba instruyendo el caso GAL decían que era una venganza política, luego en Gürtel decían que adelante".

"Detesto que le llamen juez estrella"

Los grandes sumarios abiertos en la Audiencia Nacional, como el que le llevó a ordenar en 1998 la detención en Londres de Augusto Pinochet, convirtieron a Baltasar Garzón en "juez estrella", un calificativo que su hija detesta porque "él nunca ha pedido protagonismo" ni acaparar las portadas de los periódicos. "En nuestro país, el que se queda hasta el final en su trabajo, el que quiere ir más allá, molesta o agrede a otros que pensarán: ¿éste qué se cree, que lleva la voz cantante?", reprocha la autora, que subraya la relevancia de todos los casos de la Audiencia Nacional.

Reconoce que la forma de trabajar de su padre puede parecer "muy brusca" o "muy osada" y no gustar a todo el mundo, pero cree que "de ahí a que sea el delincuente más buscado de España, va un mundo".

"Si tan malo fuera realmente, todo el mundo lo vería igual y no es así", recalca María Garzón, que se confiesa admiradora del modelo de justicia que su padre "y muchos otros jueces" han ejercido a lo largo de los años y que, en su opinión, no es el que "se ha seguido contra él" en el Tribunal Supremo.

Prueba de ello es la petición de indulto que han planteado ante el Ministerio de Justicia la Asociación de Magistrados Europeos por la Democracia y las Libertades (Medel), que agrupa a 15.000 juristas de once países europeos, que están de acuerdo "con la forma de trabajar de Baltasar Garzón".

"Ojalá prosperara", desea su hija, que no obstante se muestra convencida de que "ideológicamente no es una prioridad para el Gobierno".

Garzón actualmente es consultor externo en la misión de la Organización de Estados Americanos (OEA) de apoyo al proceso de paz en Colombia y presidente de una comisión internacional que supervisa la reforma del sistema judicial de Ecuador.

"Me siento orgullosa de que sea reconocido internacionalmente", confiesa su hija, que augura el principio de una nueva etapa para su padre: "Ahora se le abre un mundo de posibilidades, así que, adelante".

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