La crisis económica nos cambia la vida y nos cambia la cara

  • Perder la casa, el negocio o el empleo es la realidad de muchas familias.
  • En España hay más de 11,5 millones de personas en riesgo de pobreza.
  • Estos son los rostros de la recesión que atraviesa el país.
Alicia, Antonio y Elena, antes y después de la crisis.
Alicia, Antonio y Elena, antes y después de la crisis.
JORGE PARÍS
Alicia, Antonio y Elena, antes y después de la crisis.

Antonio tiene 35 años, dos niñas y vive en Madrid. Alicia es argentina y reside con su marido y sus dos hijos en Valencia desde hace cuatro años. Elena se prepara en Barcelona para ser cuidadora infantil. Juan Antonio está jubilado, tiene 76 años, tres hijos y tres nietos. Cuatro historias diferentes con un punto en común: desde que comenzó la crisis sus vidas han dado un giro de 180 grados.

La contracción de la economía española ha golpeado duramente el negocio de Antonio, está a punto de dejar en la calle a la familia de Alicia, ha obligado a Elena a volver a vivir con su madre y ha convertido la pensión de Juan Antonio en imprescindible para uno de sus hijos, en paro y con una hipoteca.

Estas dificultades se han convertido en la triste realidad de muchas familias españolas y amenazan con arrollar a más hogares si la situación no se invierte. Y es que, desde que la crisis empezó a golpear seriamente a la sociedad española —principios de 2008, aunque en 2007 estallase a nivel mundial— el número de desempleados ha pasado de dos millones a 5.639.500, casi un millón y medio de familias no perciben ningún tipo de ingresos, cuatro de cada diez personas mayores ayudan a algún familiar (en 2010 eran el 15%) y el número de desahucios se ha disparado: en 2011 se firmaron 77.854 órdenes de desalojo, tres veces más que en 2007.

Al filo de la pobreza

La difícil situación hace temer un serio repunte de la pobreza en España. Según el estudio de Cáritas Exclusión y Desarrollo Social 2012, el 22% de los hogares viven bajo el umbral de la pobreza (tienen menos de 627 euros por persona al mes) y uno de cada cinco está en situación de riesgo. Estas cifras colocan a 11 millones y medio de ciudadanos en España al filo de la exclusión social.

"La crisis va a dejar noqueados a muchos españoles", advierte Ramón De Marcos Sanz, coordinador del área de Ciudadanía del Colegio de Politólogos y Sociólogos. Este experto explica que en todas las situaciones de crisis hay un pequeño grupo de ciudadanos que se quedan descolgados, pero que en esta ocasión el número podría ser aún mayor. "La gente tiene miedo a perder el estatus, abandonar el país o pedir ayuda. Esto hace que sea más difícil salir del agujero", señala.

Los efectos de la crisis también están pasando factura a la salud. No hay datos oficiales, pero los médicos alertan de que sus consultas se están llenando de parados, padres de familia que tienen miedo de perder su empleo y amas de casa incapaces de llegar a fin de mes. "Crisis de ansiedad, estrés, insomnio, depresión, trastornos en las relaciones afectivas y sexuales son solo algunas de las patologías que más se diagnostican en estos momentos", explica Salvador Tranche, secretario de la Sociedad Española de Medicina Familiar. Otra tendencia, añade, es un aumento del consumo de tabaco y alcohol.

Una versión que comparte Guillermo Fouce, doctor en Psicología y profesor de la Universidad Carlos III. Fouce alerta de que los parados no son los únicos en peligro por la crisis: "Muchos tienen miedo de perder su trabajo, los pensionistas están viendo cómo sus hijos no pueden pagar sus hipotecas y los jóvenes se ven obligados a dejar su hogar para buscar empleo en otros países. Es un problema que afecta a la sociedad en general, no a unos pocos".

Evitar que el paro te pare

Muchos desempleados suelen deprimirse y dejarse llevar por una situación que los supera. Por ello, aunque se esté en paro hay que planificarse. Hay que formarse, hacer deporte, salir... y, como no podía ser de otra manera, buscar trabajo. "La gente tiene que saber que si está en paro su trabajo es buscar trabajo. No vale con buscar empleo un día 24 horas y luego abandonar durante un tiempo", aconseja Guillermo Fouce, psicólogo.

 20072012
Tasa de ParoAlcanzó su mínimo histórico con un 7,9%. El año acabó con 2 millones de parados y casi 22,5 millones de trabajadores activos.Ha llegado al 24,4%, la mayor tasa de paro de la historia. Hay 5.639.500 parados y todo apunta a que la cifra seguirá creciendo.
PIB y renta per cápitaEl Producto Interior Bruto creció un 3,6% hasta los 1.053.161 millones de euros. La renta per cápita se situó en 23.500 euros.El Gobierno prevé que el PIB se contraerá un 1,7%. En 2011 creció un 0,7% y la renta per cápita se situó en los 23.300 euros.
Venta de pisosSe realizaron 788.518 operaciones, un 14% menos que el año anterior. El precio del m2 alcanzó su máximo: 2.261 euros de media.En 2011 se vendieron 361.831 casas, un 45% menos que en 2007. En los tres primeros meses de 2012, el m2 se situó en los 1.649 euros de media.
Saldo migratorioLa población extranjera creció en 370.000 personas, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). En total, 4.519.555.No hay cifras de 2012, pero el año pasado se registró la primera reducción de extranjeros (-0,7%) de la historia. En total, 5.711.040.

Los testimonios

Antonio Castellano Perales (Autónomo, 35 años. Madrid)

<p>Antonio Castellano Perales</p>2007: "Eran otros tiempos". Antonio recuerda aquella época con nostalgia. Los dos bares de la familia funcionaban bastante bien. "Mi hermano y yo decidimos abrir otros dos. Empezaba a notarse la crisis, pero pensamos que era algo pasajero", recuerda. Llegaron a tener 12 trabajadores y las cosas les fueron bien durante bastante tiempo. Si alguno de los locales daba pérdidas, las cubrían con los otros.
<p>Antonio Castellano Perales.</p>2012: "Ahora somos cuatro". En solo tres años la familia de Antonio ha tenido que cerrar tres de los cuatro locales que poseía en Getafe (sur de Madrid) y se ha visto obligada a despedir a 8 de los 12 trabajadores que componían la plantilla. "Ha sido duro, pero no teníamos otra opción. Los clientes se iban quedando sin trabajo y dejaban de consumir. Daba igual que bajáramos los precios", cuenta resignado. En la actualidad, Antonio trabaja con su hermano en el local que abrió su padre hace 36 años. "Parece que hemos vuelto a la niñez, a cuando mi padre nos pedía que echáramos una mano en el bar", explica. La diferencia es que ahora Antonio tiene que sacar adelante a sus dos hijas y su hermano a su familia. "Espero que las cosas empiecen a cambiar y volvamos a funcionar un poquito mejor. No me gustaría tener que cerrar, porque esto es mi vida", asegura.
Alicia Gabba (45 años. Xirivella, Valencia)

<p>Alicia Gabba.</p>2007: "Éramos felices". Llegó de Argentina junto a su familia hace 10 años y en 2006 se trasladaron a Valencia. "Mi marido trabajaba de electricista y nos compramos un piso en Xirivella", recuerda. Sus hijos se adaptaron perfectamente tanto al instituto como a la Universidad. Fueron renovando los papeles para poder residir en España. "Siempre hemos sido muy luchadores y más cuando tienes que irte a otro país", apunta.
<p>Alicia Gabba.</p>2012: A la espera de perder su casa. Las cosas han cambiado mucho para Alicia y su familia en estos cuatro años. "Mi marido se quedó en el paro hace ahora dos años y medio, mi padre falleció tras una larga enfermedad en Argentina y no pude despedirme de él y estoy a punto de perder mi casa". La familia de Alicia debe 175.000 euros al banco. Reciben el apoyo de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca para poder salir adelante. "Nos fuimos de Argentina por la terrible crisis que había y ahora nos encontramos en una situación peor", señala Alicia. Su marido estuvo durante ocho meses sin papeles, lo que le impidió poder trabajar y por lo tanto hacer frente a los pagos de la hipoteca. "Tengo dos hijos y es muy duro no darles todo lo que necesitan. Ahora trabajo todo el día tras pedir ayuda a los Servicios Sociales, y en una de las empresas no me pagan", explica.
Juan Antonio Sánchez Espín (76 años. Jubilado. Madrid)

<p>Juan Antonio Sánchez Espín.</p>2007: Una vida tranquila. Hace cuatro años Juan Antonio vivía una vida tranquila junto a su mujer. Su pensión, de unos 900 euros, daba para llegar con un poco de margen a final de mes y para darse algún capricho de vez en cuando. "Un viaje del Imserso o una pequeña escapada", recuerda. Además, en aquella época sus tres hijos ya no estaban en casa y eso también había mejorado las cuentas de esta familia.
<p>Juan Antonio Sánchez Espín.</p>2012: Ahorrar a los 76 años. Las cosas han cambiado en la casa de Juan Antonio. Su pensión parece haberse encogido y cada vez le cuesta más llegar a final de mes. "Ha subido la luz, el agua, el teléfono, la cesta de la compra, los impuestos del Ayuntamiento...", enumera indignado. Por si fuera poco, hace varios meses que uno de sus hijos se quedó en paro. "De momento tira con sus ahorros, pero no creo que aguante mucho. Tiene que pagar la hipoteca de su casa y tiene una niña. Además, su mujer tampoco tiene ingresos", cuenta. Una situación que ha obligado a Juan Antonio y a su mujer a ponerse a ahorrar por si hiciera falta. Explican que si su hijo no pudiera pagar la hipoteca tendrán que hacerlo ellos, porque fueron los que lo avalaron. "Muchos amigos míos ya están haciendo lo mismo con su pensión", revela.
Elena Alonso (30 años. Barcelonesa y en paro)

<p>Elena Alonso.</p>2007: Independizada a los 21. Elena Alonso viajó a la Costa Brava en el mes de agosto del año 2008. Trabajaba como administrativa y "tenía las vacaciones pagadas", recuerda con ironía. Logró emanciparse a los 21 años. Entonces pagaba en total 662 euros de alquiler. "Cuando te independizas piensas que siempre seguirás con tu vida, que no hay marcha atrás".
<p>Elena Alonso.</p>2012: De vuelta a casa de su madre.Elena perdió su trabajo hace ya dos años y no tiene derecho a más ayudas. Hizo cursos y buscó empleo, pero no tuvo suerte y después la crisis se recrudeció: "No he encontrado nada, ni como teleoperadora ni como cajera del súper", lamenta, y reconoce que "es una situación bastante frustrante y desesperada". Tras echar mano de sus ahorros durante un tiempo, decidió volver a vivir a casa de su madre. "Tengo la sensación de volver atrás, de regresar a cuando tenía 15 años". Cuenta que las cervezas con los amigos y el cine se han acabado, que recicla la ropa y que sus hábitos han cambiado al no tener ingresos. Ahora estudia de nuevo, se prepara para ser cuidadora infantil y probar suerte en una guardería. "La gente joven tiene que tirar adelante, siempre hay salidas", concluye optimista.
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