Los directores de colegios e institutos de Andalucía se han mostrado este jueves "preocupados" porque la consejera de Educación, Mar Moreno, no haya descartado por completo un posible aumento de las ratios escolares en los centros de la comunidad, medida que se decidirá toda vez que el Gobierno autonómico "reformule" sus presupuestos para este ejercicio en base a los casi 2.700 millones de euros que debe recortar para ajustarse a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2012.

Según ha explicado a Europa Press el presidente de la Asociación de Directores de Institutos de Andalucía (Adian), Juan Luis Belizón, pese a que no deja de ser "una buena noticia" que la Junta mantenga por el momento las ratios vigentes en la Ley Orgánica de Educación (LOE) —25 alumnos por clase en Infantil y Primaria y 30 en Secundaria y Bachillerato, con un aumento excepcional del diez por ciento cuando exista mucha demanda—, les "preocupa" que no haya rechazado de plano esa opción.

Ante todo, argumenta Belizón, porque los directores, profesores, padres y comunidad educativa en general se quedan en "impass" y mantienen su incertidumbre durante unas semanas más a la espera de que se confirme o no este posible aumento del número de alumnos por clase y que "para nada favorece la calidad de la enseñanza" que reciben los escolares.

"En la actualidad, las ratios en ESO están en 30 y en Bachillerato en 35, lo que significa que si se suben un 20 por ciento —tal y como propone el Real Decreto Ley de medidas urgentes para la racionalización del gasto público en el ámbito educativo aprobado por el Ejecutivo de la Nación el pasado 20 de abril—, se pasaría a 36 alumnos en ESO y 42 en Bachillerato, lo que imposibilita prácticamente la enseñanza", advierte el presidente de Adian.

Para Belinzón —quien añade que las aulas de los institutos construidos al amparo de la Logse tienen una capacidad máxima para 30 personas y que, por tanto, es "físicamente es casi imposible meter a más alumnos en ellas"—, lo más perjudicial de esta medida, no obstante, es que "eliminará" de forma colateral otras de gran incidencia en la calidad de la educación y la atención a la diversidad, tales como son los refuerzos y apoyos educativos o los desdobles.

Ante ello, exige a la nueva consejera de Educación que, ya que ante el aumento de la jornada lectiva del profesorado y de las sustituciones a partir de los diez días la Administración autonómica no puede "escaparse", Andalucía "se quede totalmente al margen del aumento de ratios" y demuestre que "hay otros sitios donde tocar".

Según el presidente de Adian, esta asociación, consciente de la actual situación de crisis económica y de la necesidad de recortar en determinados aspectos, está estudiando en qué otros sitios la Consejería de Educación podría recortar sin afectar tanto a la calidad de la educación. Así, Belizón propone dejar en suspenso programas educativos "que no afectan al cien por cien de la población escolar", como podrían ser los proyectos 'Commenius' (que promueven la realización de actividades en Europa) o las Becas en el extranjero.

Adian espera poder presentar esta y otras medidas similares a Moreno en una próxima reunión con ella, toda vez que la titular de la Consejería ha ofrecido este mismo jueves "diálogo" a toda la comunidad educativa para abordar estas cuestiones. "Me parece muy acertado y le honra como una política de altura que ofrezca diálogo antes de tomar medidas de un calado tan profundo como ésta", ha concluido Belizón.

También los directores de los colegios públicos, agrupados en la Asociación Andaluza de Directores de Centros de Educación Infantil y Primaria y Residencias Escolares (Asadipre), han valorado que Educación les tienda la mano y, de hecho, según ha informado a Europa Press el presidente regional de la organización, José Ujaque, la delegada de Educación en Granada se ha puesto en contacto hoy con él para transmitirle la idea de que, "si las cuentas lo permiten, no van a subir la ratio".

Aunque "algo más tranquilo" después de esta conversación con Ana Gámez, Ujaque no esconde su "preocupación" porque finalmente esto no pueda ser así y los colegios suban de 25 a 30 su número máximo de alumnos por aula, ya que ello implicaría "una pérdida de calidad en los procesos de individualización del aprendizaje". "Lógicamente, en una clase con 30 alumnos la atención por individuo desciende", admite.