La dirección nacional del PP ha dado luz verde a la cúpula del PP valenciano presidida por Alberto Fabra a su propuesta de que Serafín Castellano sea el nuevo secretario general de los populares valencianos, pese a los recelos que provocaba tanto entre la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, como entre el barón provincial de Valencia, Alfonso Rus. La alcaldesa de Valencia postulaba para el puesto a su concejal y diputado autonómico Jorge Bellver.

A cambio de la elección de Castellano como número dos del PPCV, Génova reclama a Fabra el mantenimiento del  ‘status quo’ en la provincia, es decir,  que el presidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus, apoyado por Rita Barberá, vuelva a presidir el PP provincial y no se presenten candidaturas alternativas que puedan provocar una división del partido.

A la dirección nacional, según fuentes del PP, han llegado tanto las quejas como la llamada a la unidad de la alcaldesa de Valencia, quien considera que Fabra, el nuevo presidente de la Generalitat tras la dimisión de Francisco Camps, no está atendiendo ninguna de las sugerencias de los principales referentes del partido.

Con el fin de evitar una situación de conflicto y división interna, que pueda llegar a amenazar la victoria electoral del PP en las próximas elecciones autonómicas y municipales en una comunidad clave para el proyecto de Rajoy, la dirección nacional ya ha trasladado a Fabra el respaldo a su proyecto, especialmente en su determinación para relevar a los políticos salpicados por casos de corrupción, pero no a movimientos internos que pongan en riesgo la unidad del PP valenciano.

En Génova se quiere evitar a toda costa una situación de guerra interna como la que ha vivido el PP en la provincia de Alicante, durante 8 años, entre el sector zaplanista y el campsista, que provocó numerosos quebraderos de cabeza a la dirección nacional que preside Mariano Rajoy.