La Audiencia de Valladolid juzga este martes al que fuera camarero del bar Cantábrico, Julio César A.G, quien se expone a una posible pena de tres años de cárcel y al pago de una multa de 900 euros por un delito de tráfico de drogas realizado, presuntamente, desde el referido establecimiento.

Los hechos objeto del presente juicio se remontan al mes de noviembre de 2011, cuando integrantes del Grupo VIII de la Brigada de Policía Judicial recibieron información confidencial que sobre una persona española, de pelo canoso y con el nombre de César, que ejercía la venta de sustancias desde el bar Cantábrico, sito en la calle Caridad, en pleno centro de la capital, y donde trabajaba como camarero.

Ante ello, los agentes realizaron una inspección al local el 18 de noviembre del pasado año y al solicitar la documentación al ahora acusado, éste, único que había en ese momento tras la barra del local y carente de antecedentes, con síntomas evidentes de un gran nerviosismo, confesó que la droga la tenía en el almacén.

Se dirigió entonces al almacén de forma apresurada, seguido por los policías, en cuyo trayecto éstos últimos se percataron de que el primero arrojó a un cubo de basura un envoltorio de plástico blanco y rojo que contenía en su interior 3,66 gramos netos de cocaína y otro de color azul con otros 0,55 gramos de la misma sustancia.

Ante ello, los agentes procedieron al cacheo del sospechoso, a quien además hallaron en el bolsillo del pantalón otro envoltorio blanco con 0,77 gramos de 'coca' y 685 euros, procedentes, según la policía, de ventas previas de droga.

Acto seguido, y durante la inspección realizada en el almacén los agentes se incautaron de una bolsa de plástico a la que se habían practicado diversos recortes, una báscula y sustancia no estupefaciente con un peso de 578 kilos utilizada, supuestamente, para el cortar la droga.

Las sustancias estupefacientes ocupadas al acusado hubieran alcanzado en el mercado un valor de unos 374 euros.