La Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo valora positivamente la moderada tasa de inflación de Andalucía, que se sitúa en abril en el 1,8 por ciento, tres décimas inferior a la media nacional (2,1 por ciento), de forma que Andalucía "es la segunda autonomía menos inflacionista".

En una nota, la Junta ha recordado que Andalucía "por cuarto mes consecutivo, se mantiene por debajo del objetivo de estabilidad de precios establecido por el Banco Central Europeo (dos por ciento) y muestra un diferencial favorable con la Zona Euro de 0,8 puntos en abril, según el indicador adelantado de Eurostat (2,6 por ciento)", lo que supone "positivas implicaciones en términos de ganancias de competitividad-precio para la comunidad andaluza".

Precisamente el consejero de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, Antonio Ávila, ha recordado que con la modificación de la composición del IPC y la armonización con el dato europeo "se produce una alta volatilidad, y lo mismo en un mes sube mucho y en otro mes baja demasiado", tras lo que apunta que "hay que ver la subyacente y la interanual.

Ávila, quien ha recordado que la inflación en España y en la UE "no es especialmente elevada ni hay ningún viso en la modelización de la economía por el que podamos hablar de efectos persistentes, pero existe transitoriedad".

El consejero considera por tanto que "no hay condiciones de inflación en la zona Euro que impidan que se pueda hablar de políticas de crecimiento, a la vez que las que se están planteando políticas de recorte de ajuste fiscal y una restricción del crédito; debe haber a la vez una política de acompañamiento al crecimiento".

Aumento en vestido y calzado por la nueva temporada

La Junta achaca la subida de los precios "al incremento estacional de vestido y calzado, que recoge los efectos de la nueva temporada primavera-verano; a las subidas impositivas del tabaco, que se trasladan a los precios de bebidas alcohólicas y tabaco, y al aumento de los precios de la electricidad y el gas, que se refleja en el apartado de la vivienda".

En términos interanuales, los componentes más inflacionistas fueron vivienda, fundamentalmente por el alza de la electricidad, gas y otros combustibles; y bebidas alcohólicas y tabaco, sobre todo éste último apartado. Les sigue transporte, vinculado a los precios de carburantes y combustibles, enseñanza y alimentos y bebidas no alcohólicas. En el lado opuesto, presentaron tasas negativas comunicaciones, medicina y ocio y cultura.