STEPV ha mostrado su rechazo al encarecimiento de los estudios, a la disminución de la oferta de titulaciones, y a la reducción de la plantilla del profesorado y del personal investigador.

Al respecto, el sindicato ha indicado en un comunicado que la subida de las tasas universitarias en más de un 50 por ciento, junto con la reducción de un 12 por ciento del presupuesto de becas —166.400.000 menos que en 2011—, "limitan el acceso a la universidad pública para ciudadanos de niveles de renta medios y bajos".

Asimismo, considera que la propuesta de adecuación de la oferta de titulaciones a un número mínimo matrícula, además de que no responde a una realidad que pueda ser controlada legalmente desde el Ministerio, "no se puede pretender una planificación basada exclusivamente en la demanda del alumnado".

A su juicio, estas propuestas "continúan errando el diagnóstico sobre las necesidades del sistema universitario español, haciendo recaer, una vez más, sobre el alumnado el coste y las posibilidades de sus estudios; y sobre el profesorado la responsabilidad de las disfunciones que pueda presentar el sistema".

Este conjunto de medidas —ha agregado— son "incompatibles" con los objetivos principales de la Estrategia Universitat 2015, ya que faltan al "compromiso" de servicio público de la educación superior universitaria, "abandonando la función social de una universidad pública que debería permitir la incorporación de cualquier persona a la educación superior, independientemente de su nivel económico o social", ha dicho.

En su opinión, la universidad pública "requiere del gobierno la atención suficiente sobre su profesorado y su alumnado, fiscalizando la eficacia de la inversión pública y evaluando resultados, no impidiendo el acceso a los estudios o criminalizando la actividad docente y limintando las posibilidades de desarrollo académico e investigador".