Europa cambia poco a poco su discurso económico y habla de crecer para superar la austeridad

  • Varios líderes europeos muestran este cambio de rumbo en una conferencia empresarial celebrada este miércoles en Bruselas.
  • El primer ministro de Italia, Mario Monti, ha dicho rechazar "las políticas dirigidas a crecer a través de la generación de más déficit".
  • La canciller Merkel, en un claro guiño al posible nuevo presidente francés, opina ahora que "la austeridad por sí sola no resolverá la crisis".
El primer ministro italiano, Mario Monti (c), su homólogo belga, Elio di Rupo (dcha), y el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy (izq), al inicio del foro económico.
El primer ministro italiano, Mario Monti (c), su homólogo belga, Elio di Rupo (dcha), y el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy (izq), al inicio del foro económico.
EFE/Olivier Hoslet
El primer ministro italiano, Mario Monti (c), su homólogo belga, Elio di Rupo (dcha), y el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy (izq), al inicio del foro económico.

La austeridad como norma y, sobre todo, como mantra económico parece tener los días contados en Europa. Cada vez surgen más voces entre los líderes del Viejo Continente que piden fijar la vista en el crecimiento y el estímulo; el último, el primer ministro de Italia y exasesor de Goldman Sachs, Mario Monti, que ha llamado a "abrir la mente" en una conferencia empresarial en Bruselas.

Allí también han estado el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, entre otros. Todos con las mismas palabras en la boca, aunque el primero se haya mostrado algo más cauto asegurando que no existen "fórmulas mágicas" y que "los efectos de las reformas estructurales no son inmediatos", alabando las "valientes medidas" tomadas en España y Portugal.

"Rechazamos las políticas dirigidas a crecer a través de la generación de más déficit", ha insistido Monti en el encuentro organizado por la patronal europea y en el que han estado presentes directivos de grandes compañías como Coca-cola, IBM, Telefónica, HP o Accenture. Mientras tanto, Mariano Rajoy defendía sus severos ajustes desde Madrid negando que la canciller Angela Merkel marque la agenda de sus recortes.

El presidente ha recordado que cuando España entró en el euro en 1998 asumió unos compromisos, entre los que estaba la necesidad de tener unas cuentas "saneadas". Algo "razonable". El primer ministro de Bélgica, Elio Di Rupo, no lo tiene tan claro ahora: "Nos hemos dado cuenta de que la clave, más allá de la disciplina presupuestaria, está en cómo relanzar el crecimiento y poner a Europa de nuevo en la senda de la prosperidad".

El cambio en Francia

Las posturas más enconadas también viran. Merkel sorprendió el miércoles asegurando que "la austeridad por sí sola no resolverá la crisis de la deuda"; poco antes, Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, reclamaba tras el pacto fiscal un "pacto de crecimiento" en la zona euro tras asistir a la renuncia del primer ministro de Holanda, Mark Rutte, al fracasar en la negociación para aprobar un paquete de recortes.

A todo este río revuelto hay que sumarle la incógnita francesa. La alianza Sarkozy-Merkel podría resquebrajarse y son constantes los guiños institucionales al ganador de la primera vuelta en las elecciones presidenciales, François Hollande, que ha prometido que si llega al Elíseo con una victoria el 6 de mayo escribirá una carta a los líderes de la UE solicitando renegociar los términos del tratado de disciplina fiscal.

Pero hay otros dos factores importantes: se teme que crezca el descontento ciudadano ante tantos recortes y que se genere una ola de rechazo a la UE, pero también hay preocupación por una subida aún mayor de los partidos extremistas antieuropeístas. Francia es también un referente en esta cuestión con el crecimiento en votos experimentado por Marine Le Pen, que podría tener en su mano la elección de presidente.

En cuanto haya presidente en Francia, los líderes europeos tomarán la iniciativa. Al menos eso se desprende del anuncio hecho por Van Rompuy en Bruselas: "No descarto convocar a los líderes europeos a una reunión informal para un intercambio abierto de ideas en una fecha más temprana y preparar mejor las medidas del Consejo Europeo de junio". En febrero, una docena de países europeos le pidieron por escrito que moviera ficha.

Economistas frente a la crisis

Precisamente este jueves, Arnaud Montebourg, diputado en la Asamblea Nacional Francesa y delegado de F. Hollande para la elección presidencial, asiste en Madrid a la presentación en sociedad de Economistas Frente a la Crisis junto al secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba. Este colectivo, que plantea una política económica diferentes desde 2011, critica que el lema actual sea "Austeridad siempre. Derroche o despilfarro nunca".

En su segundo manifiesto, afirman "sin complejos" que "las reformas estructurales son necesarias para restaurar la operatividad de los mercados, aumentar la productividad del trabajo y la competitividad de la economía. Pero no son las que desde las instituciones europeas nos llegan" y critican "el estancamiento originado por la imposición de rápidas reducciones del déficit público". El problema de la crisis, dicen, "es global".

Van Rompuy, por su parte, ha contestado por anticipado a los críticos: el debate del crecimiento "nunca ha estado ausente, sino que era menos visible". Y ha apostado por fomentar a corto plazo una mayor integración del mercado único, un refuerzo de la competitividad de las empresas de la UE y una "expansión del papel del Banco Europeo de Inversiones (BEI)", con vistas a facilitar la financiación de la investigación y el desarrollo.

En cuanto a la lacra del desempleo, hecho una propuesta concreta. "El impresionante número de puestos vacantes en Alemania, Reino Unido y otros lugares de la UE demuestra que hay verdaderas carencias de mano de obra", ha dicho, proponiendo "hacer con el trabajo lo que Erasmus ha hecho con los estudios".

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