El Real Madrid se dio un paseo ante el Apoel (5-2) en el que posiblemente haya sido el partido de vuelta de cuartos de final de la Champions más plácido de la historia del equipo blanco. Otra goleada y eliminatoria resuelta con un resultado escandaloso (8-2) antes de entrar en las verdaderas dificultades. En semifinales espera el Bayern.

Mourinho aprovechó la ocasión que le brindaba este trámite para dar descanso a varios de sus titulares. Xabi Alonso, Özil y Benzema no jugaron ni un minuto y los que jugaron tuvieron un plácido partido para disfrutar y relajar la tensión ante las continuas finales que han vivido y esperan a la vuelta de la esquina a los madridistas, obligados a no fallar en ningún partido.

Era el partido para que los jugadores de ataque se lucieran. El Apoel es un equipo que no tiene absolutamente ningún peligro arriba y con una falta de calidad tremenda a la hora de intentar sacar el balón jugado desde atrás, por lo que la posesión del balón y el dominio era absolutamente radical por parte del Real Madrid.

Con Sahin y Granero al mando de las operaciones, Kaká y Cristiano se dedicaron a disfrutar de un partido sin absolutamente ninguna historia. El gol tardó más de lo previsto en llegar, ante la relajación de los jugadores blancos, hasta que una jugada de Marcelo era rematada por Cristiano tras no llegar Higuaín.

Tras ese gol, que liberaba la escasa emoción que podría haber ante una gesta de los chipriotas, el Real Madrid se dedicó a disfrutar. Mención especial para Kaká, que ante la nula presión del Apoel se movió como pez en el agua entre líneas y busco el gol con ahínco. En su segundo intento desde lejos, el brasileño encontró su característico disparo de rosca para marcar un espectacular gol que levantó a la afición del Bernabéu.

A punto estuvo de marcar de nuevo Kaká, pero su disparo se estrelló contra el palo ante la inmóvil defensa de los chipriotas.

Era el momento de probar cosas y así lo entendió Mourinho tras el paso por vestuarios. Descanso para Marcelo, Altintop de lateral izquierdo y más minutos para que Di María se fuera rodando tras su segunda lesión seria esta temporada.

Pero meter a Albiol de medio centro fue incluso demasiada excentricidad. El Real Madrid perdió el mando del partido y el Apoel empezó a llegar con peligro. La eliminatoria no tenía ninguna historia pero ambos equipos decidieron dar espectáculo a base de goles. Primero marcó Manduca, respondieron Cristiano de falta y Callejón tras una gran jugada, después marcó Solari de penalti (cometido por Altintop en otro desastroso partido) y cerró el partido Di María con una exquisita vaselina.

En la siguiente ronda espera el Bayern, el primer hueso de verdad para el Real Madrid esta temporada en la Champions. Tras un camino casi de rosas de los blancos hasta las semifinales, ahora espera un verdadero hueso con armas arriba para asustar a cualquiera: Ribery, Robben, Muller, Mario Gómez... El 17 de abril espera la verdadera competición.