Pinturas troqueladas  de los suburbios "bonitos, pero no tanto" de los Estados Unidos

  • Lori Larusso ilustra en sus obras la vida en las casas unifamiliares suburbanas.
  • Son escenas escuetas de arquitectura y símbolos. Nunca se ve a los habitantes.
  • Un ciervo muerto, una casa de muñecas en llamas o una langosta escapando de una olla rompen la armonía doméstica del ideal de vida americano.
Una de las obras troqueladas de la artista Lori Larusso, en acrílico sobre panel de madera
Una de las obras troqueladas de la artista Lori Larusso, en acrílico sobre panel de madera
Lori Larusso
Una de las obras troqueladas de la artista Lori Larusso, en acrílico sobre panel de madera

En los fogones de una cocina desierta, una langosta lucha por salir de la olla. En un salón tan perfecto que resulta cursi, yace el cadáver de un ciervo.

Las pinturas de perfil recortado de la estadounidense Lori Larusso muestran la nevera vacía, la moqueta reluciente y la sombrilla de jardín estratégicamente inclinada para resultar decorativa, pero nunca hay personas: "Los ambientes tienen presencia humana, pero no humanos presentes".

Shapes (Formas) es una serie de obras que la artista inició en 2007 y que sigue ampliando. Empezó de manera accidental: los primeros paisajes troquelados eran estudios de un futuro cuadro, realizados sobre una superficie de yeso, que se limitaban a los elementos arquitectónicos fundamentales para dar forma a la obra.

Lo demás lo pintaba de negro y cada boceto terminaba teniendo una forma poco convencional, alejada del clásico lienzo. Entonces se dio cuenta de la capacidad expresiva de esas nuevas figuras: "Una pintura más pequeña y troquelada captura más espacio visual que una más grande y rectangular. Sin los límites de cuatro esquinas, las piezas se abren".

Historias mudas de la clase media

Reduciendo al mínimo los elementos decorativos, "quitando todo lo que no es indispensable",  la pintora crea escenas desiertas de los suburbios estadounidenses: historias mudas de la casita unifamiliar que tradicionalmente representa la comodidad de la clase media estadounidense.

En medio de esa armonía introduce símbolos que transforman los hogares en "bonitos, pero no tan bonitos": la casa de muñecas en llamas, el perro extrañamente enterrado o el coche destrozado interrumpen el estereotipo y crean un lenguaje de símbolos que permiten a Larusso expresar "la complejidad de las situaciones individuales. Las contradicciones de la vida diaria".

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