El TSJA ordena que un jurado popular enjuicie el caso de la norteamericana descuartizada

El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha ordenado que sea un jurado popular, y no un tribunal profesional, el que enjuicie a Antonio Gordillo, el joven de 30 años que permanece en prisión provisional acusado de asesinar y descuartizar en agosto de 2010 a una mujer norteamericana de 49 años, identificada como Laura Cerna, en el barrio del Tiro de Línea de la capital hispalense.

El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha ordenado que sea un jurado popular, y no un tribunal profesional, el que enjuicie a Antonio Gordillo, el joven de 30 años que permanece en prisión provisional acusado de asesinar y descuartizar en agosto de 2010 a una mujer norteamericana de 49 años, identificada como Laura Cerna, en el barrio del Tiro de Línea de la capital hispalense.

Fuentes del caso han informado a Europa Press de que, en un auto dictado el viernes pasado, la Sala de lo Civil y Penal del Alto Tribunal andaluz presidida por Lorenzo del Río ha estimado el recurso interpuesto por el letrado del marido de la víctima, Marcos Cañadas, recurso al que se adhirió la Fiscalía, y ha revocado el auto en el que el magistrado que fue designado para presidir el jurado ordenó que el caso fuera enjuiciado por un tribunal.

La Audiencia Provincial apostó por un tribunal profesional —en contra de lo que acordó el pasado mes de mayo el juez de Instrucción número 18 de Sevilla— pues aplicó, a la luz de la nueva jurisprudencia del Tribunal Supremo (TS), la "conexión" entre los delitos que se le imputan al acusado y consideró que el "objetivo principal" de Antonio Gordillo, según lo relatado por una de las acusaciones, era agredir sexualmente a la víctima, tras lo cual, y al verse rechazado, cometió el crimen.

En una vista celebrada la pasada semana, el letrado del marido de la víctima defendió que, aunque el objetivo inicial del acusado fue un acercamiento sexual a Laura Cerna, el objetivo último no era la agresión sexual, mientras que la Fiscalía argumentó que "no hay ninguna prueba ni indicio" que permita sostener que el imputado agredió sexualmente a la mujer.

De su lado, la defensa del imputado y la acusación particular que ejercen los padres y el hijo de Laura Cerna pidieron un tribunal profesional. No obstante, el TSJA ha ordenado que el caso lo enjuicie un jurado al considerar que el fin último no era la agresión sexual, han informado a Europa Press las mismas fuentes.

La fiscalía pide 25

Años de cárcel

La Fiscalía solicita para Antonio Gordillo 25 años de cárcel por un delito de asesinato. De su lado, la acusación particular que ejercen los padres y el hijo de la víctima solicita la imposición de una pena de 25 años de prisión por el delito de asesinato; cinco años por un delito de agresión sexual del artículo 178 del Código Penal, y cinco meses por profanación de cadáveres.

Asimismo, esta acusación particular pide que el acusado pague una indemnización de 100.000 euros a los padres de la víctima; de 30.000 euros a cada uno de los dos hermanos de Laura, y de 150.000 euros al hijo. Por último, la acusación que ejerce el marido de la víctima ha pedido para Antonio Gordillo un total de 25 años de cárcel por el delito de asesinato y cinco meses por la profanación de cadáveres, así como el pago de una indemnización de 150.000 euros.

Por su parte, la defensa pone de manifiesto en su escrito, consultado por Europa Press, que fue sobre las 2,00 horas del 30 de agosto de 2010 cuando el acusado salía de tomar unas copas de un bar del Porvenir y se encontró con la víctima, "a la que conocía de vista" y quien le dijo que venía de tomarse unas cervezas y vino pero "que tenía ganas de tomarse una copa más". Tras ello, el imputado continuó su camino a casa, "pues no se encontraba en buenas condiciones al haber bebido y consumido cocaína esa noche".

Consumo de cocaína

Según añade el abogado de la defensa, la víctima "prosiguió en su insistencia" al acusado hasta el portal de su vivienda, momento en el que, "tras su insistencia, es invitada a subir a la misma". Una vez en la vivienda, después de tomar varias copas de ron y una raya de cocaína, la víctima "empieza a bailar descontroladamente", proponiendo al imputado que mantuvieran relaciones sexuales, a lo que Antonio se negó "por no encontrarse en buenas condiciones y haber bebido bastante y consumido varias rayas de cocaína".

Tras ello, la víctima se enfadó y, "muy acalorada y fuera de sí", se golpeó con el quicio de la puerta y, a continuación, se autolesionó con un cuchillo que cogió momentos antes hasta producirse la muerte. "Ante esta situación extrema, y fruto del pánico", el acusado "decidió en lugar de llamar a la Policía deshacerse del cuerpo".

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