La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias (IIPP) ha subrayado que no tiene competencias para actuar en la mayoría de las reclamaciones que dos hermanas y una sobrina del recluso Miguel Montes Neiro le han expuesto este jueves en Madrid.

Fuentes de este organismo han explicado a Europa Press que los familiares del recluso han sido recibidos en su sede de la calle Alcalá por la funcionaria que habitualmente atiende las vistas de los familiares de los internos. Pese a que las hermanas no habían pedido una cita previa, un procedimiento habitual, esta funcionaria ha tenido la "deferencia" de recibir a las tres mujeres, con las que ha mantenido un encuentro cordial, han destacado.

En esa reunión, las hermanas del preso, que actualmente está ingresado en la prisión de Albolote (Granada), han planteado quejas como la falta de respuesta del juez de Vigilancia Penitenciaria de Jaén y la falta de aplicación de redenciones de penas. También han expuesto que Miguel no habría cometido delitos por los que se le ha juzgado pues estos sucedieron durante su estancia en prisión.

La funcionaria de Instituciones Penitenciarias les ha explicado que esta institución no es competente para asuntos como pedirle a un tribunal que reabra un caso que, además, ya ha sido juzgado y cumplida la pena impuesta, o solicitarle a otro que facilite una copia de una sentencia. En cualquier caso, ha orientado y aconsejado a los familiares a dónde pueden dirigirse para ello.

La única reclamación de las realizadas por los familiares que afecta a Instituciones Penitenciarias es la que hace referencia a que supuestamente la prisión de Albolote no permite a los abogados de Montes Neiro tener acceso a su expediente interno, queja que, según Instituciones Penitenciarias, luego ha sido atenuada por las hermanas admitiendo que sí les deja, aunque "poco tiempo" de consulta.

Al respecto de ésta, la funcionaria les ha indicado que si consideran que Instituciones Penitenciarias no actúa como debe hacerlo pueden acudir a la Oficina del Defensor del Pueblo, que, como institución "neutral", puede investigar este asunto. En ningún caso la Secretaría General les ha remitido a la defensora del pueblo para que ésta estudie la petición de indulto, una reclamación que las hermanas del recluso no han pedido ante la funcionaria. Cabe recordar que la petición para que Montes Neiro sea puesto en libertad ya cuenta con el aval de la defensora.

Sin riesgo de vida

Por otro lado, las mismas fuentes han explicado que el estado de salud del interno no es el que la ley recoge para concederle el tercer grado pues no padece "patologías importantes". El recluso tiene Hepatitis C, una enfermedad crónica que se da en el 23,4 por ciento de los internos en centros penitenciarios.

Al respecto, han recalcado que, a juicio de los médicos que lo tratan, a día de hoy no hay razones sanitarias que justifiquen el cambio de su clasificación penitenciaria por padecer enfermedades graves que pongan en riesgo su vida. HISTORIAL

Instituciones Penitenciarias ha recordado que Montes Neiro ingresó en prisión por primera vez 1966 y actualmente en las cárceles españolas hay reclusos que entraron por primera vez en años anteriores. Cumplió condena por los delitos de deserción militar, contra la salud pública, robo, quebrantamiento de condena, contra la seguridad del tráfico y falsificación de documento público, entre otros.

Según los datos facilitados, entre 1978 y 1986 se evadió en seis ocasiones. En 1994 salió en libertad condicional y volvió a ingresar en prisión casi tres años más tarde al haber cometido nuevos delitos.

En agosto de 2003 se le concedió un permiso de salida del que no regresó. Estuvo evadido tres años y en 2006 cometió nuevos delitos, como robo con intimidación, allanamiento de morada, detención ilegal y robo con violencia, por los que la Audiencia Provincial de Granada, lo condenó a penas que suman un total de 13 años. En noviembre de 2009, durante un permiso extraordinario por la muerte de su madre se evadió nuevamente y fue detenido un mes después.

Actualmente cumple tres condenas, una de trece años, otra de doce años —como resultado de dos causas acumuladas—, y otros diez días por una falta de respeto. Finalizará sus condenas en septiembre de 2021.