El intelectual, escritor y crítico literario Félix Romeo (Zaragoza, 1968) ha fallecido este viernes en Madrid, a los 43 años, como consecuencia de un fallo cardíaco.

Romeo se encontraba en Madrid para participar en los actos de celebración del décimo aniversario de la revista Letras Libres, ha muerto al mediodía "de repente", ya que se encontraba bien de salud, según ha confirmado su amigo y también escritor Antón Castro.

La bibligrafía de Romeo consta de tres libros: Dibujos animados, Discothèque y Amarillo, además fue colaborador habitual en Heraldo de Aragón, Radio Nacional de España y Letras Libres, y durante cinco años dirigió el programa cultural de televisión La mandrágora.

Antón Castro lo ha descrito como una persona dinámica y vital, de generosidad increíble, que contagiaba y continuamente regalaba ideas.

Era un apasionado del arte, de la cultura, de los viajes, de la gastronomía y, sobre todo, de la vida.

"Es difícil encontrar en las letras españolas a una persona que le interesase tanto todo", ha dicho su amigo, quien ha recordado su intolerancia con la injusticia, su honestidad y lo mucho que defendía la libertad.

Fue becario de la Residencia de Estudiantes de Madrid, y entre 1994 y 1995 se le encarceló por un delito de insumisión en la cárcel de Torrero de Zaragoza. Durante su estancia conoció al que actualmente es protagonista de su última novela, Amarillo.

Otro de sus buenos amigos, el escritor oscense Carlos Castán ha dicho que se trata de una noticia "inesperada". Sostiene que lo ha recordado como "una persona imprescindible en la cultura aragonesa", como dinamizador e impulsor de ideas y siempre animando a la gente a hacer cosas.

Además, de sus tres trabajos publicados, Félix Romeo ha traducido al castellano Sagitario, de Natalia Ginzburg; Biblioteca, de Gonçalo Tavares, y Y si mañana el miedo, de Ondjaki.

Por su parte, la consejera de Cultura del Gobierno de Aragón, Dolores Serrat, ha destacado que la pérdida de una persona con valores en la cultura siempre es "triste" y más cuando se ha producido de forma inesperada.

El presidente de la Asociación Aragonesa de Escritores, José Luis Corral, ha reconocido que no lo conocía mucho personalmente, pero ha destacado de él su capacidad para encontrar libros donde nadie los encontraba y para redescubrir autores y títulos quizá un poco olvidados en el tiempo.