Cinco jóvenes vallisoletanos que en enero de 2010 se alojaron en cuatro hoteles de alto nivel de la provincia podrían ser condenados a penas que en su conjunto se elevan a doce años de cárcel, ya que, según sostiene la Fiscalía de Valladolid, no sólo se marcharon sin pagar de todos ellos, dejando tras de sí cuentas por valor de 2.000 euros, sino que además llegaron a causar destrozos por idéntico importe en la Gran Suite del Arzuaga, donde dejaron incluso sus heces sobre una de las camas.

El juicio contra todos ellos estaba previsto que se celebrara este miércoles en el Juzgado de lo Penal número 4, aunque fue suspendido finalmente cuando uno de los imputados renunció a última hora a su abogada alegando que carece de ingresos y con el propósito de solicitar asistencia letrada gratuita.

La acusación pública considera que los hechos son constitutivos de delitos de estafa y de daños, de los que responsabiliza en distinta medida a los imputados, y solicita las penas más elevadas para dos de los chicos y una chica, que se exponen cada uno a tres años de cárcel y una multa de 4.320 euros, mientras que otra chica, a la que se solicita ídéntica multa, y otro chico podrían ser condenados a 1,5 años ya que sólo habrían estado implicados en las estafas cometidas en los hoteles Arzuaga y Conde Ansúrez, respectivamente.

Además, los cinco imputados deberían pagar, en distinta cuantía, indemnizaciones que suman más de 5.500 euros por el impago del alojamiento, consumiciones y daños causados.

En el caso del Hotel Arzuaga, en el que pasaron noche el 27 de enero del pasado año cuatro de ellos, la Gran Suite, con un coste por noche de 2.000 euros, quedó prácticamente "arrasada".

Y es que al impago de la tarifa por pernoctar en la habitación se suman otros 680 euros de la factura de lavandería (cojines, colchas, cortinas, alfombras y sofá), 200 euros por la vajilla rota y bebidas, 400 por la limpieza de cristales y espejos, 350 por el servicio de limpieza y otros 500 derivados del cierre de la habitación durante dichos trabajos, entre los que se incluye la retirada de los excrementos que los jóvenes dejaron sobre una de las camas a modo de 'recuerdo'.

La reserva había sido realizada por teléfono esa misma madrugada por uno de ellos quien, en su conversación con la recepcionista, solicitó la habitación más grande y con vistas a los viñedos. Al explicarle la empleada que disponían de la Gran Suite y el precio por noche, el comunicante pidió una rebaja tras asegurar entonces su intención de hablar con Florentino, el jefe del complejo, del que, según indicó, era amigo suyo y le conocía de Ibiza.

Lo curioso es que dicho joven fue detenido al día siguiente cuando regresó al Hotel Arzuaga con el propósito de continuar alojado en el mismo, ya que había hecho una reserva para tres días.