Aprobado el ante-proyecto de Ley que hace a la asignatura de religión voluntaria y no evaluable

El Consejo de Ministros aprobó el viernes el proyecto de Ley Orgánica de Educación (LOE) para remitirlo al Congreso, según informaron fuentes gubernamentales.
La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, dijo hoy que el Ejecutivo "
garantiza la libertad" y que la religión "no se debe imponer en la escuela como una asignatura ni obligatoria ni evaluable".

En la conferencia de prensa posterior al Consejo de Ministros, Fernández de la Vega agregó que el Gobierno considera que
la asignatura de religión "no debe condicionar el futuro de los estudiantes a la hora de decidir si quieren ser médicos, jardineros, matemáticos o arquitectos". Insistió en que el Gobierno garantiza y lo seguirá haciendo que los padres puedan elegir, y que si desean que sus hijos estudien religión, podrán hacerlo.

El Gobierno ha concluido la propuesta de reforma de la enseñanza no universitaria 14 meses después de iniciarla con la paralización parcial de la Ley Orgánica de Calidad de la Educación (LOCE), en mayo de 2004.

La nueva ley suprimirá la LOGSE (1990) y la LOPEG (1995), mantendrá la LODE (todas ellas de la anterior etapa socialista) y también derogará la LOCE (2000), aprobada cuando gobernaba el PP.

La propuesta legislativa irá acompañada de una memoria económica, que también se enviará a las Cortes, según compromiso del Ministerio de Educación y Ciencia (MEC).

El proyecto se basa en el borrador que la ministra de Educación, María Jesús San Segundo, presentó el 31 de marzo pasado, con modificaciones posteriores basadas en sugerencias de CCAA, Consejo Escolar del Estado y otros Ministerios, que "no varían el sentido de la norma", según fuentes gubernamentales.

Por último, el Consejo de Estado ha dictaminado la constitucionalidad del texto, según el MEC. Acompañada desde el primer momento de controversia política y división de opiniones en la comunidad educativa, la reforma incorpora una nueva área de enseñanza, Educación para la Ciudadanía, cuyos contenidos se impartirán en Primaria y Secundaria.

La religión confesional será voluntaria para los alumnos, pero sus notas no contarán para la promoción de curso, la concesión de becas y el acceso a la Universidad.

Con el fin de garantizar el equilibrio en la distribución de los estudiantes con necesidad específica de apoyo educativo, las administraciones establecerán "la proporción de alumnos de estas características que deban ser escolarizados en cada uno de los centros públicos y concertados".

La repetición de curso se mantiene, una vez en Primaria y dos en Secundaria. Los alumnos pasarán al nivel siguiente si suspenden una o dos asignaturas; si son tres, el claustro de profesores decidirá, y repetirán curso si son más.

En Secundaria Obligatoria, los centros arbitrarán métodos que tengan en cuenta los diferentes ritmos de aprendizaje de los alumnos. En la definición básica del currículo, se incluirán diversificaciones del mismo desde tercero para los alumnos que lo requieran tras la oportuna evaluación.

Al terminar el segundo ciclo de Primaria y el segundo curso de Secundaria Obligatoria, todos los centros realizarán una evaluación de diagnóstico de las competencias básicas de sus alumnos.

Acceso a la Universidad

En el acceso a la Universidad, habrá de superarse una única prueba homologada para, junto a las calificaciones de Bachillerato, valorar la madurez académica.

El Ministerio mantenía también la redacción de otro asunto polémico, que los aspectos básicos del currículo, aquellos corresponde fijar al Gobierno, "no requerirán más" del 55 ni del 65 por ciento, según se trate de CCAA con lengua cooficial o no .

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