Polis especiales cortan los 26 robos de cartera diarios

De 800 denuncias en abril se ha pasado a unas 240 en junio. Agentes de paisano cazan a ladrones en acción. En mes y medio van 30 detenidos
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Los carteristas tienen difícil hacer negocio en Zaragoza. Tras observar un repunte de las denuncias por robos de monederos y bolsos (800 en abril), la Policía Nacional decidió poner en marcha un grupo especial integrado por  ocho agentes para atajar los hurtos. Su trabajo está dando buenos resultados: las denuncias han caído un 70% (en junio se registraron unas 250) y hay una treintena de detenidos, según informaron a 20 minutos fuentes de la Policía Nacional.
 
Los autobuses urbanos, las aglomeraciones de gente (el Pilar, los conciertos o las fiestas populares), las zonas de marcha y las piscinas son los lugares preferidos de los amigos de lo ajeno.
 
En los autobuses urbanos, los carteristas eligen las líneas más largas y saturadas (20, 30, 33 y 35) y actúan, sobre todo, en el trayecto al Rastro los sábados y domingos. De los 20 carteristas detenidos, doce son inmigrantes y ocho, españoles. Son hombres de mediana edad, que actúan en pareja y escogen a su víctima (generalmente personas mayores) antes de atacar. Si no sustraen más de 450 euros, sólo se considera falta. Agentes de paisano van en las líneas conflictivas para pillar a los ladrones en acción.
El perfil de los descuideros (roban monederos en bares, piscinas y aglomeraciones) es radicalmente distinto: son jóvenes que no discriminan al robar. Van a lo fácil: bolsos, móviles, carteras, sin elegir previamente a sus víctimas. El grupo de Carteristas de la Policía Nacional ha detenido a cinco descuideros en el último mes y medio: dos extranjeros y tres españoles.
 
Los agentes recomiendan que tras el robo de la cartera en un bar se anulen las tarjetas de crédito y se denuncie en la comisaría más cercana.
 
Precaución en   las piscinas
 
Policía Nacional y Ayuntamiento recomiendan extremar el cuidado y no dejar objetos de valor en el césped. En verano, los descuideros buscan hacer negocio en las piscinas. Y, en ocasiones, lo consiguen, a pesar de que hay cámaras instaladas en taquillas y pasillos, vigilancia privada en algunas de ellas y rondas de policías de paisano si se detecta un repunte de los robos. Este verano han pasado por las piscinas 280.000 bañistas.
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