Las vidrieras del artista inglés Neal Fox (1981) son una visita guiada al mundo privado de los personajes de culto de la cultura popular del siglo XX: la cantante de blues Billie Holiday, el padre del LSD Albert Hofmann, el músico y eterno seductor Serge Gainsbourg, el ocultista Aleister Crowley, el pintor Francis Bacon...

Johnny Cash sujeta con la mano derecha una cruz, con la izquierda agarra una cadena que conduce a la parte inferior de la vidriera, donde una bestia de lengua bífida, que también lo representa a él, se solaza entre las pastillas y el veneno embotellado. El Cash bueno está flanqueado por dos ángeles: uno lo representa a él y el otro es June Carter, la mujer de su vida.

Así, con solo una mirada, Fox nos permite saberlo todo: vicios, demonios, sueños, pesadillas, amores, odios, los motivos que definieron en vida a cada uno de ellos...

Igual que las vidrieras sacras de las iglesias son un compendio de iconografías, cuentan historias bíblicas de la vida, el martirio y la muerte de los santos; el conjunto creado por el artista funciona como un santoral inventado.

La galería Daniel Blau de Londres expone la colección completa de cristaleras de esta mitología pop en Beware of God (Cuidado con Dios).

Neal Fox creó cada una con los métodos tradicionales de los maestros del vidrio en el estudio Franz Mayer de Munich, un taller fundado en 1847 que sigue trabajando el cristal igual que cuando se inauguró.

Las obras, de dos metros y medio de largo, se alinean en la sala como construyendo una iglesia pagana. Según el artista, una característica común une a todos los personajes que aparecen en la selección: el rechazo al conformismo y la fe en sus ideas.

Además, han sido tan poderosos como para que sus ideas hayan moldeado el subconsciente colectivo.

En cada vidriera Fox incluye una frase que resume un aspecto importante de la personalidad del protagonista. "No hay frontera entre el 'mundo real' y el mundo del mito y el símbolo, dice el escritor William Burroughs. "No me amenaces con amor, cariño. Vamos a caminar bajo la lluvia", dice la melancólica Billie Holiday.

El pintor-carnicero Francis Bacon pronuncia con un juego de palabras, una frase ideal para un brindis: "Champán para mis verdaderos amigos. Verdadero dolor para mis amigos falsos".